BILLETES CON (UNA) HISTORIA: ALEMANIA

Cuando hablamos de las mayores hiperinflaciones en la historia, solemos fijarnos en las grandes cifras macroeconómicas, muchas veces de dimensiones difíciles de imaginar para aquellos que prácticamente no hemos vivido una inflación que supere los dos dígitos. Aunque no sea la de mayor magnitud de la historia, y quede eclipsada por los ejemplos de Hungría en 1946 o Zimbabue en 2008, la hiperinflación alemana de 1922-23 es normalmente la primera que nos viene a la mente si nos preguntan acerca de un caso conocido. No es para menos, ya que según el Cato Institute es la quinta hiperinflación registrada más alta de la Historia, con una tasa mensual máxima de 29.500 % y diaria de 20,9 %, llegándose a duplicar los precios cada 3,7 días. Alemania, uno de los países más prósperos y económicamente estables del mundo (al menos hasta que estalló la guerra), veía su dinero reducido a cenizas. 

Hoy día los billetes alemanes de esta época son un objeto muy apreciado en el coleccionismo de notafilia. En muchos casos se siguen considerando un reclamo para turistas, a los que resulta chocante asociar el término "hiperinflación" con una moneda como el marco alemán. Pero más allá de todas estas cifras, los aficionados al estudio de la Historia nos preguntamos con frecuencia cómo vivió esta situación la parte más afectada: la población alemana. Una pregunta muy pertinente teniendo en cuenta que apenas puede quedar hoy día nadie que tenga un recuerdo de estos acontecimientos. 

Anverso de billete de 50 millones de marcos de Bielefeld de 1922-23
Las cuatro esquinas contienen textos alusivos a la inflación del momento

Al igual que la hiperinflación, el dinero de emergencia local o notgeld fue otra consecuencia de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Ante la falta de circulante de bajo valor debido a las restricciones propias del conflicto bélico y la posterior derrota, muchas localidades emitieron sus propios marcos. Una de ellas fue Bielefeld, situada en Renania del Norte-Westfalia. Bielefeld se distinguía en aquella época por su industria mecánica desarrollada desde mediados del siglo XIX por el empresario Nikolaus Dürkopp (1842-1918). Aunque se especializó en la fabricación de vehículos (incluyendo los primeros coches de carreras) Dürkopp contribuyó a establecer una fábrica de máquinas de coser en 1867, convirtiendo a Bielefeld en un centro de referencia en la industria textil. Tanto fue así que Bielefeld llegó a producir notgeld de seda, uno de los cuales tuvimos la ocasión de compartir en esta página hace unos cuantos años. 

El billete de hoy no es de tela, pero resulta doblemente interesante porque no solo se trata de dinero de hiperinflación (50 millones de marcos) sino que también aparece explicada claramente en el mismo. De forma bastante profusa, detalla con unos pocos ejemplos del día a día cómo se percibe el vertiginoso aumento de precios entre la población. No es sencillo entender los textos que aparecen en los notgeld, sobre todo si no se tiene ni idea de alemán como es mi caso, pero afortunadamente cuento con la traducción al inglés de este billete en "German Gems - The Encyclopedia of German Notgeld" de A. J. Gibbs-Murray. Veamos qué historia nos cuenta. 

El anverso contiene cuatro viñetas en cada esquina con los siguientes mensajes, muchos de ellos alusivos a la industria textil: 

En 1914 con 2.500 marcos podías pagar un viaje a Jerusalén; en 1922, 2,5 centner (125 Kg.) de jabón. 

En 1914 con 300 marcos conseguías habitación con comida para cuatro semanas; en 1922, una corbata. 

En 1914 con 450 marcos podías comprar siete trajes; en 1922 un chaleco.

En 1914 con 35 marcos podías comprar 10 lechones; en 1922 un rollo de algodón.  

Al mismo tiempo, en la parte exterior del marco del billete puede leerse una misteriosa frase que parece atribuirse a Napoleón. Dice algo así como 

Los alemanes cayeron en mis redes. Ninguna mentira está tan groseramente ideada que no hubieras creído. ¡Usé el resentimiento alemán a mi favor! Napoleón Santa Helena en la ocupación del Ruhr por Poincaré. ¡Recuerda siempre!

No termino de encontrarle un sentido a esta frase pero sin duda alude a la ocupación de la región minera del Ruhr por Francia a principios de 1923 como parte del pago de reparaciones de guerra, algo que sin duda aumentó el sentimiento de agravio entre la población alemana. 

Reverso del billete, con mensajes e ilustraciones que
tratan de concienciar sobre los problemas de las personas mayores


El reverso continúa con esta temática pero realiza una serie de reivindicaciones a favor de la tercera edad presentando algo muy parecido a un estudio estadístico: 

50 % de los pensionistas de Bielefeld tienen ingresos anuales inferiores a 1.000 marcos

De cada 360 pensionistas 175 ganan menos de 1.000 marcos y 105 menos de 2.000

65 (pensionistas) tuvieron unos ingresos entre 2.000 y 3.000 marcos y 15 sobre los 3.000 marcos. Un albañil gana 144 marcos diarios. 

En Bielefeld hay 7.000 personas mayores de 60 años, de las cuales 2.900 son pensionistas. 

En la parte central del billete, alrededor de la ilustración con forma de cáscara de nuez se lee algo así como: ¡Ayuda! Apoyad a la vejez de la ciudad de Bielefeld con una mano solidaria. En esta ilustración dos personas con un saco en el que puede leerse 1.000.000 se acercan por la izquierda a una pareja de ancianos visiblemente alicaídos. A la derecha esas dos personas se alejan con otro saco que lleva impreso Sorge (preocupaciones). 

El texto que rodea el marco exterior es más comprensible que en el anverso: 

¡El futuro alemán está en un trabajo de calidad!

¡Trabaja y ahorra! ¡Podemos trabajar mejor que cualquier otro pueblo!

Cabe decir que este billete de 50 millones de marcos es la versión hiperinflacionaria del de 50 marcos de 1922, por lo que las estimaciones que vemos se quedaron muy cortas comparado con lo que iba a suceder entre Agosto de 1922 y Diciembre de 1923. En Octubre de 1923, punto álgido de la hiperinflación (y seguramente la época de emisión de este billete), cantidades como 1.000 ó 2.000 marcos resultaban totalmente irrisorias. De hecho, la supuesta ayuda de un millón de marcos no necesitaba ser transportada en un saco, bastaba con una cartera. 

Más allá de que resulte discutible la exactitud de los datos que aparecen en este billete, no cabe duda de que presenta un testimonio social muy esclarecedor acerca del fenómeno de la hiperinflación y de cómo este afecta a las capas más vulnerables de la población. Demuestra además una gran sensibilidad con un colectivo que tradicionalmente ha sido de los primeros en ser excluidos en sociedades como las europeas, siempre dispuestas a sobrevalorar las virtudes de la juventud y olvidar lo mucho que las antiguas generaciones nos pueden enseñar.  

German Gems - The Ecyclopedia of German Notgeld, by Anthony John Gibbs-Murray, copyright 2014 www.notgeld.com

https://www.fiddlebase.com/biographical-sketches/d%C3%BCrkopp-nicolaus/

The Hanke-Krus Hyperinflation Table: 

https://www.cato.org/sites/cato.org/files/pubs/pdf/hanke-krus-hyperinflation-table-may-2013.pdf


Comentarios

  1. Muy buena entrada,lo primero que me ha llamado la atención es la estética del billete,(la primera imagen) mi primera impresión es que era un billete de India o algún país asiático o musulmán incluso,La cifra,y esa caligrafía,me han impresionado realmente,el otro lado del billete en cambio es muy interesante por el sentido que transmite la imagen de los ancianos,y esa frase enigmática,no sé todo esto junto le da mucho interés,y el contexto de hiperinflación,50 millones! Alemania!haces un gran trabajo rescatando estas partes de la historia europea menos conocida, genial de verdad la entrada,un cordial saludo José Ramón

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    1. Muchas gracias Adolfo. La estética de los billetes notgeld merece un estudio independiente. Se pueden encontrar ilustraciones clásicas de paisajes, viñetas cómicas, siluetas, incluso expresiones artísticas contemporáneas como el expresionismo. Otro tanto cabe decir de la caligrafía: es tremendamente variada, primando en muchas ocasiones la letra gótica, lo cual hace casi imposible la lectura de los textos, aún sabiendo alemán. Desde luego, si estuviera más inmerso en la cultura alemana dedicaría una investigación más profunda a este tipo de dinero. Un saludo,

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