LOS EUROS DE CHURRIANA

Parece que llevamos una eternidad utilizando euros, pero nada más lejos de la realidad una vez repasamos la historia reciente. La Unión Monetaria, una de las políticas estrella de la Unión Europea, se acordó a través del Tratado de la Unión en 1993. Se adoptó la denominación euro oficialmente en 1995, sustituyendo en 1999 a la que había sido unidad de cuenta del Sistema Monetario Europeo, el ECU. en los mercados financieros mundiales. Finalmente, en Enero de 2002 los euros llegaron a las manos de los europeos. 

Anversos de los euros en prueba de Churriana (1998)

La idea de una moneda única europea que sirviera para profundizar en la cooperación económica y financiera de los Estados Miembros no era ninguna novedad, sobre todo desde la entrada en vigor del Sistema Monetario Europeo y la adopción del ECU en 1979. A medida que se daban pasos firmes hacia la integración monetaria un abanico de interrogantes surgía, desde la conveniencia económica de la adopción del euro por parte de las economías más débiles hasta la más que posible dificultad de adaptación de la población y el temido "efecto redondeo" que sobrevolaba los comercios. Sin ninguna duda, durante la segunda mitad de los años 90 creció la expectación ante la posibilidad real de cambiar nuestra entrañable peseta por una divisa compartida con alemanes, franceses, italianos, holandeses y otras seis nacionalidades. Tanto partidarios como detractores coincidían en una cosa: se trataba de un acontecimiento histórico.

En aquel momento tuvo lugar un acontecimiento que para mí pasó desapercibido, seguramente por el hecho de que aún no era coleccionista, y es que en España tuvieron lugar una serie de iniciativas locales para comprobar la adaptación (o no) del ciudadano de a pie a la moneda única. La más conocida fue la promovida en 1998 por la alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, para poner en circulación euros de prueba a modo de experimento unos pocos años antes del comienzo de su circulación oficial. Parece ser que sugirió al entonces respetado ministro de Economía Rodrigo Rato el distrito malagueño de Churriana como un lugar idóneo para realizar una prueba de estas características,  ya que contiene un casco histórico razonablemente aislado del resto de la ciudad, seguramente debido a su pasada condición de municipio independiente. Es muy posible que existiera un interés social por realizar una prueba así pero no cabe duda que el interés turístico y publicitario debió pesar enormemente en la mente de la alcaldesa.

Reversos de los euros en prueba de Churriana

Lo cierto es que no se escatimaron medios para llevar a cabo el experimento porque las emisiones de prueba fueron realizadas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Es algo que se puede comprobar en la calidad de las mismas, pues pese a su simplicidad ofrecen al usuario una verdadera sensación de moneda de curso legal, no de ficha o token. La Sociedad Estatal de Transición al Euro, en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, diversas entidades bancarias y la Dirección General de Comercio Interior, fue la encargada de organizar el acontecimiento, que tuvo lugar entre el 30 de Septiembre y el 3 de Octubre de 1998. Para ello se distribuyeron entre los comercios máquinas de conversión de pesetas a euros de prueba y se peatonalizó todo el casco antiguo. No he conseguido encontrar estudios o informes al respecto (lo que refuerza la teoría de que primó el interés turístico sobre el sociológico) pero parece que la experiencia no solo atrajo a la población local sino también a curiosos y coleccionistas siempre ávidos de piezas novedosas de tal manera que muchos comercios de la zona se beneficiarion de un considerable aumento de ventas durante esos días.

El emblema de la FNMT

Las piezas, como podéis ver en las imágenes, reflejan de forma bastante fiel aunque un tanto simplificada lo que sería la futura moneda única (salvo las de 1 y 2 euros, que no son bimetálicas), pese a que poseen unas dimensiones ligeramente superiores, tanto en peso como en tamaño. Los materiales empleados son el cobre (piezas de 1, 2 y 5 céntimos), bronce (piezas de 10, 20 y 50 céntimos) y níquel (1 y 2 euros). Son de un diseño tremendamente austero y funcional, todas ellas con el símbolo del euro y el valor facial rodeados de las doce estrellas europeas en el anverso (y un casi imperceptible emblema de la FNMT) y un reverso en el que aparece el valor facial de nuevo rodeado de la leyenda EURO EN PRUEBA. Muchos coleccionistas echan en falta, si no un diseño más elaborado, sí al menos referencias básicas como la fecha o el lugar de emisión/circulación.

Pese a que son las emisiones de prueba más conocidas, otras poblaciones conocieron iniciativas similares, aunque no dispusieron de los mismos medios ni del respaldo estatal. Se trata de las emitidas por el Ayuntamieto de Labastida en la provincia de Álava en el año 2000 y las de la Caixa Terrasa de Lérida de 1999. En cualquier caso, no tuvieron la trascendencia de sus homólogas churrianeras que aún hoy, tras 14 años del inicio de la circulación oficial del euro, son gratamente recordadas en el barrio, tanto como para dedicar un monumento al euro en una de sus glorietas en fechas recientes. Ser los primeros europeos en utilizar el euro sin duda lo merece...

http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2011/02/27/euro-estreno-churriana/405022.html

http://www.sfng.es/Archivo/Textosarchivo/euroschurri.html

http://carterasespanolas.blogspot.com.es/2015/02/euros-en-prueba.html