EL DINERO FANTASMA
Imagen de una moneda correspondiente al "dinero fantasma". Mide 15 mm de largo y pesa aprox. 1,5 grs. |
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de mostrar una de las
formas primitivas de dinero más utilizadas por el ser humano: las cipreas (cowry shells en inglés). El caparazón de
estos pequeños moluscos fue empleado como moneda de cambio en los más dispares
lugares en diferentes épocas: China en la Antigüedad , África durante los siglos XVIII-XIX,
Oceanía en fechas más recientes…fue tan extenso su uso que incluso proliferaron
las falsificaciones e imitaciones. Hoy vamos precisamente a hablar de una de
estas imitaciones que circuló en la
China clásica.
El dinero fantasma (ghost
face money o ant nose money en
inglés) es una prueba palpable de la influencia y el extensivo uso que tuvieron
las cipreas en la China
de la Antigüedad.
Solo hay que mirar las fotografías para apreciar el parecido
en forma y tamaño que estas misteriosas monedas guardan con respecto a éstas,
lo cual indica hasta qué punto fueron un referente monetario para las
sociedades y los gobernantes de la zona.
Mapa de la China Antigua que refleja los distintos reinos rivales (fuente: Wikipedia) |
Este misterioso dinero surgió en China durante la época de
la dinastía Zhou (1122-255 a .C.).
Pese a que ésta fue la primera ocasión en la que todos los territorios del este
de la actual China fueron reunidos bajo la misma dinastía, con el tiempo los
distintos estados, de corte marcadamente feudal, alcanzaron un considerable
grado de independencia. Es el caso del estado de Chu, que abarcaba el sureste
de lo que hoy en día es la República Popular
China: un vasto territorio situado entre los ríos Yangtze y Amarillo, en las
actuales provincias de Hubei y Hunan (v. mapa adjunto) y que fue responsable de
la emisión de estas rudimentarias monedas entre los siglos VII y III a.C. Para
situarnos en el contexto histórico desde el punto de vista occidental, esta fue
la época del apogeo de Grecia en el Mediterráneo y las conquistas asiáticas de
Alejandro, así como de la consolidación de Roma como potencia en la península
itálica.
Las relaciones entre los distintos reinos vecinos no fueron
normalmente fáciles. Durante siglos el estado de Chu fue el reino más
influyente de la zona dada su extensión, así como su poderío militar y
económico. No obstante, con el tiempo se fue convirtiendo en un gigante burocrático
cuya eficiencia se vio mermada por altos niveles de corrupción. Pese a conocer
una edad dorada durante el siglo IV a.C. gracias a las reformas del canciller
Wu-Qi, fue poco a poco cediendo ante el empuje de sus principales rivales,
especialmente el estado de Qin al oeste que lo absorbió a mediados del siglo
III a.C.
Lo más interesante de este dinero, a mi modo de ver, es que
representa a la perfección la transición entre el dinero primitivo (objetos
existentes que se utilizan como monedas, como las cipreas o las cuentas millefiori) y el dinero convencional,
emitido por una autoridad. Aunque el dinero fantasma imite en forma y tamaño a
las cipreas, sus inscripciones y el hecho de ser emitido por una autoridad oficial
lo convierte en moneda propiamente dicha. Se conocen al menos siete variedades
en bronce, aunque solo dos son comunes y por lo tanto coleccionables.
Una de estas variedades es la que presento hoy aquí, y la
que justifica el apodo que se le da a este dinero. Como puede apreciarse, la
inscripción que aparece en el anverso (el reverso es liso) se asemeja a una
cara con los ojos y la boca muy abiertos, un poco del estilo de “El Grito” de
Edvard Munch. Parece ser, aunque no está del todo claro, que la inscripción
hace referencia a la palabra “bei”
que significa “caparazón”.
No es solo una moneda interesantísima, sino además una de
las más antiguas que un coleccionista medio puede adquirir. Toda una maravilla.
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