LOS "BILIMBIQUES"
Hace algún tiempo creí haber encontrado en los bonos de la Revolución Cubana
los notgeld o dinero de emergencia iberoamericano.
Los procesos revolucionarios o bélicos son el escenario habitual para la
emisión de este tipo de dinero así que pensé que podría haber dado con su
versión caribeña. Sin embargo, resultaron ser bonos a través de cuya venta entre
la población se recaudaban fondos para la causa revolucionaria. En otras
palabras, no había sido un dinero circulante.
No obstante no me dí por vencido y recientemente tuve el
placer de descubrir (esta vez si) un dinero de emergencia o necesidad 100 % iberoamericano,
mejicano por más señas. Se trata de los célebres “bilimbiques”, emitidos por las fuerzas revolucionarias entre los
años 1913 y 1916.
Los años que pasaron entre el derrocamiento de Porfirio Díaz
(1910) y la promulgación de la Constitución
Mejicana de 1917 fueron tremendamente convulsos. El régimen
de Porfirio Díaz, que consiguió mantenerse en el poder durante más de 30 años,
trajo consigo una relativa estabilidad y crecimiento económico a costa de
severos retrocesos en cuanto a libertades civiles y bienestar social. Este
régimen se desplomó gracias al empuje de las fuerzas opositoras, lideradas por
Francisco I. Madero, que reclamaban el restablecimiento de las libertades
civiles y una mayor justicia social. No obstante, Madero encontró difícil
estabilizarse en el gobierno tras el derrocamiento de Díaz, ya que ciertas
facciones revolucionarias siguieron en pie de guerra (el caso más conocido fue
el de Emiliano Zapata, famoso por su reivindicación de reforma agraria).
Esta confusión e inestabilidad fue aprovechada por el
General Victoriano Huerta para hacerse con el poder mediante un golpe de estado
en 1913. Este acto consiguió unir a todas las fuerzas partidarias del
restablecimiento de un régimen liberal de la mano de Venustiano Carranza,
gobernador de Coahuila. Poco a poco las fuerzas constitucionalistas fueron
ganando terreno hasta que en 1914 Huerta fue derrocado, lo cual no puso término
al proceso revolucionario. Al igual que tras la caída de Porfirio Díaz, las
distintas facciones de las fuerzas vencedoras se enfrentaron entre sí. Carranza
necesitó todavía algunos años para derrotar a Francisco “Pancho” Villa, general
que se había distinguido por infligir severas derrotas a las tropas de Huerta y
que en su enfrentamiento con Carranza controló el estado de Chihuahua al norte
del país.
En este contexto de guerra civil, con una enorme escasez de
moneda metálica y diferentes facciones controlando sus propios territorios, surgieron
los bilimbiques, billetes de necesidad
o emergencia utilizados en diferentes partes del territorio mejicano entre 1913
y 1916. Este curioso término tiene, como suele ocurrir, una historia detrás.
Parece ser que se inspiró en William Week,
pagador norteamericano de la mina Green de Cananea, en el estado de Sonora al
norte de Méjico. Este señor, por lo visto, acostumbraba a pagar a los
trabajadores de la mina con vales de papel, por lo que su nombre,
impronunciable para los mejicanos, sirvió para bautizar popularmente a las
emisiones locales revolucionarias.
Con la caída del General Huerta el empleo de dinero de
emergencia proliferó entre las facciones revolucionarias, lo cual supuso un
verdadero caos monetario. Como ocurre con las emisiones locales de la Guerra Civil
española, hoy día es posible encontrar una enorme variedad de emisiones, desde
algunas muy elaboradas y de gran belleza hasta pequeños vales de gran
simplicidad, por no hablar de las numerosas falsificaciones que surgieron en un
contexto tan convulso. Los billetes que presento hoy, divisores del peso
mejicano, recuerdan enormemente a los billetes de metro, tanto por el cartón
del que están hechos como por sus dimensiones, de aproximadamente 5,5 x 3 cm . Estos concretamente parecen
ser de los emitidos por el gobierno de Carranza, y presentan bonitas alegorías
e iconos mejicanos, como la
Justicia , el águila de la leyenda azteca o el cura Hidalgo,
héroe de la independencia un siglo antes.
Una vez se consolidó el poder de Venustiano Carranza, urgió
la retirada paulatina de los bilimbiques
y su sustitución por emisiones más sofisticadas de la American Bank Note Company. Hoy
en día queda para los coleccionistas esta infinidad de notgeld mejicanos, que reflejan el caos que vivió el país en aquel
momento. Quisiera agradecer a Juan Carlos Medina la sugerencia hace unas
semanas en este mismo blog de investigar sobre estos billetes. Ciertamente, ya
era hora de que dedicara una entrada a Méjico, país de gran riqueza numismática
y que me aporta tantas visitas.
Y aprovecho para lanzaros una pregunta, coleccionistas
mejicanos: ¿es posible encontrar los bilimbiques
originales, es decir, los vales emitidos por el propio William Week?
Fuentes:
si, cuantos quieres? también se emitieron bilimbiques del tamaño tradicional de los billetes de ese momento, los mas famosos son los de "2 caritas" villistas.
ResponderEliminarMéxico y sus derivados (nacionalidad, etc.) se escriben con "X"
ResponderEliminarRespetando sinceramente su opinión, y el hecho de que los habitantes del país lo prefieren con X, la RAE permite las dos formas, ya que la pronunciación se acerca a la J actual. Un saludo,
Eliminarsi, pero debe ser con equis y punto.
ResponderEliminarComo he explicado mas arriba, no es así. Y punto. Un saludo
EliminarAntiguamente se escribió con j Mejico asi viene en los libros d la historia antigua d Mexico
ResponderEliminarGracias por la puntualización, un saludo
EliminarEs sencillo. Para un mexicano, ver el nombre no oficial del país escrito con jota es ligeramente insultante. Puedes estar en lo correcto, pero las buenas costumbres ... Igual tema tenemos aquí con la ciudad de Xalapa. La "x" lo usaban los cronistas cuando un fonema del náhuatl no existía como letra del español.
ResponderEliminarY a tu pregunta, yo sé dónde los venden ... son baratos ¿Te consigo?
EliminarGracias por la aclaración. En mi caso, siempre me han parecido correctas las dos formas, no obstante, como no puede ofender en España que se escriba con X y en México si puede ofender que se escriba con j, a partir de este momento lo escribiré de la primera forma. Jamás se me ocurriría ofender a nadie, y menos a un país que me aporta lectores. Reciba un cordial saludo
EliminarPerdona,no había visto tu segundo comentario. Si me puedes facilitar una web o cualquier reseña estaría agradecido. ¿Qué precio tienen? Un saludo
EliminarHola buen día apenas decidí a escribirte algunas notas me llaman la atención si estas interesado en salir de unas dudas contactarme al correo.Saludos.
ResponderEliminararr113vc@gmail.com 🤔
ResponderEliminarHe visto tus apuntes muy interesantes arr113vc arroba gmail.com
ResponderEliminarBuenas tardes dond epodria yo vender algunos que nos dejaron de herencia mi abuelo me podrían informar por favor
ResponderEliminarCuanto pides por ellos y cuantos tienes
EliminarA qué show hacen por lo de x o j jajajajajaja gente la pronunciación es igual la RAE lo permite de ambas manera ¿porque les resulta insultante? Por cierto: Mi tía abuela salió de Atoyac y llegó a Guadalajara con estos billetes y ahí no los aceptaban, de alguna manera término robada porque ese dinero no lo pudo recuperar
ResponderEliminarUn poco si, la verdad. A veces nos enredamos en temas poco relevantes, pero bueno :) gracias por compartir la anécdota, el dinero local suele tener ese problema, que por lo general no es aceptado fuera del municipio en que se emite. Hay excepciones pero al final ocurre siempre con el dinero: es un acto de confianza, y si alguien no se fía de tu dinero, no lo acepta. Un saludo
Eliminar