UN FRANCO ALEMÁN

Ubicación del Sarre en Alemania
(Fuente: Wikipedia)
Tantos años visitando numismáticas en busca de curiosidades tiene un pequeño precio, y es que cada vez resulta más complicado encontrar algo que a uno le llame la atención. Lo bueno de tener las expectativas bajas es que te alegras de encontrarte con sorpresas como la que muestro hoy: una moneda de mediados del siglo XX con un valor facial expresado en francos pero en idioma alemán. Algo chocante sin duda, conociendo la historia de tensiones fronterizas entre los dos países, resueltas de forma definitiva a favor de Francia (o no del todo).  

No obstante, al comprobar la procedencia (Saarland) comprendí por dónde debían ir los tiros. La región del Sarre, hoy en día constituida como länder o estado federado alemán, situado en la frontera con Francia y Luxemburgo, debe su existencia como unidad administrativa al Tratado de Versalles de 1919. Vinculada a Alemania desde 1814 (aunque como territorio fronterizo estuvo pasando de la esfera de influencia francesa a la germana con cierta facilidad) esta zona pasó a ser administrada por la Sociedad de Naciones tras la derrota alemana en la I Guerra Mundial, como forma de asegurar el pago de reparaciones a las potencias vencedoras. Francia obtenía la explotación de sus recursos mineros (carbón y hierro principalmente) durante un periodo de 15 años, tras el cual su población debía decidir en referéndum su integración en Francia, Alemania o su continuidad como territorio administrado internacionalmente. Pese a los esfuerzos de grupos de opositores huidos del III Reich, que trataron por todos los medios de asegurar esta última opción, la población del Sarre decidió de forma aplastante (90 % del voto emitido) la reincorporación a Alemania en 1935.  

El Sarre homenajeado en las actuales monedas de 2 €, 
con una imagen de la iglesia protestante de San Luis

Desgraciadamente este tipo de victorias no hicieron más que engordar las expectativas territoriales de los nazis, que dieron lugar al estallido de la II Guerra Mundial. Esta vez el final fue distinto, no hubo un tratado de paz sino una rendición total de Alemania: si en 1919 tenía escaso margen de negociación, en 1945 no podía sino aceptar todas las exigencias de las cuatro potencias vencedoras. De hecho, el territorio alemán que no fue anexionado por Polonia, Checoslovaquia o la URSS quedó administrado directamente por Francia (suroeste), Gran Bretaña (noroeste), Estados Unidos (sureste) y la Unión Soviética (noreste). La región del Sarre volvió a manos francesas, pero esta vez en forma de protectorado administrado directamente por Francia y sin una clara perspectiva de vuelta a Alemania. 

De hecho, más bien parecía que Alemania iba a perder esta región para siempre. Como protectorado, el Sarre fue configurando instituciones propias y en 1947 su parlamento votó a favor de mantener la unión económica con Francia, descartando la posibilidad de reintegrarse en Alemania. Su estatuto de 1950 definía este territorio como autónomo en materia legislativa, judicial y administrativa, lo que le permitía entre otras cosas expedir documentos de identidad y pasaportes, mientras consagraba la unión aduanera y monetaria con Francia. De esta unión económica surgió en 1948 la moneda que protagoniza la entrada de hoy: el franco del Sarre, que no era más que el franco francés pero con una denominación en alemán: franken. 





Efectivamente, esta moneda era paritaria con la divisa francesa, que podía circular libremente en su territorio. Además de la pieza de 10 francos de bronce de aluminio que muestro en las imágenes, circularon las de 20 y 50 francos del mismo material y la de 100 francos de cupro-níquel. Todas ellas, haciendo gala de un diseño austero, reproducen en su anverso un paisaje industrial con el escudo de la región en el centro y la leyenda SAARLAND debajo. Los reversos simplemente contienen el valor facial en alemán y numerales y el año de emisión: 


Hay otro detalle interesante del anverso, y son las minúsculas marcas que aparecen debajo de la leyenda: una cornucopia a la izquierda, correspondiente a la Casa de la Moneda de París, y un ala a la derecha, marca privada de Lucien Georges Bazor, grabador principal de la misma Casa de la Moneda en aquel momento. 

Marcas de la Casa de la Moneda de París. 


Y es que el protectorado del Sarre podría haberse convertido fácilmente en un estado más de Europa occidental, dado que es lo que en un principio pretendieron tanto sus autoridades como Francia y la República Federal de Alemania. El Estatuto del Sarre de 1954, acordado por Francia y Alemania, establecía que este territorio acogería a las nacientes instituciones comunitarias europeas. En muchos casos, cuando se establece una capital se busca un terreno neutral para ello y el Sarre cumplía a la perfección con este papel dentro de la Comunidad Económica Europea, además del simbolismo que suponía comenzar el proceso de construcción europea en un territorio antiguamente disputado por dos de sus estados fundadores. No obstante, este estatuto fue rechazado en el referéndum celebrado el año siguiente, lo que volvía a dejar en el aire el futuro de esta región. 

En un sorprendente ejercicio de generosidad y altura de miras, Francia negoció con Alemania la reintegración del Sarre en esta última con la consiguiente firma de un tratado en 1956 que hacía efectiva la unión del Sarre con la RFA el 1 de Enero de 1957. Dentro de los tres años posteriores tuvo lugar un proceso de transición hasta la reintegración plena durante el cual el franken continuó circulando junto con el marco alemán hasta julio de 1959, momento en que la moneda alemana lo reemplazó definitivamente. Terminaba así la corta vida de una moneda de un país que pudo ser...y sus habitantes no quisieron que fuera.  

Renouvin, P. Historia de las Relaciones Internacionales, AKAL (2ª Edición), Madrid 1990




 

Comentarios

  1. Excelente hallazgo,es muy difícil encontrar una moneda europea que tiene una historia verdaderamente interesante,yo realmente igualmente de sorprendido que tú, José Ramón,no sabía que aún podíamos llevarnos una moneda así,un cordial saludo,sigo aprendiendo mucho con tu blog

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    1. Lo más sorprendente para mí ha sido descubrir como una simple pieza de calderilla, con un diseño tan austero, puede simbolizar perfectamente las tensiones que caracterizaron el siglo XX europeo. Muchas gracias como siempre Adolfo, un saludo

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