BILLETES CORTADOS

Cortar la moneda como forma de fraccionarla es un recurso tan antiguo como la moneda misma. De hecho, ya hemos tenido la oportunidad de tratar este tema de forma extensa en este blog. En la Inglaterra medieval, momento en que el continente europeo estaba sumido en al monometalismo de plata, la única manera de conseguir "small change" consistía en cortar los peniques de plata en mitades o cuartos. Algo así sucedió durante la época de la independencia de las colonias norteamericanas: ante la falta de circulante de cobre qué mejor que trocear la moneda de referencia, el real de a ocho o "Spanish Dollar" en ocho porciones a modo de pizza. Otro tanto cabe decir de la China de la Antigüedad: una moneda wu zhu podía convertirse en dos cincelándola, resultando por un lado un margen exterior circular (con un gran agujero redondo central) y una moneda más pequeña sin margen, reflejando la mayor parte de los caracteres wu zhu y conservando el agujero cuadrado central.

Notgeld de 50 pf. de Stützerbach cortado en dos mitades

Si se ha podido hacer con las monedas, ¿por qué no con los billetes? Hace unos cuantos años, encontré unos pocos notgeld reciclados, billetes nuevos hechos de billetes anteriores, concretamente un billete de 100 marcos de la ciudad de Düren en Renania del Norte-Westfalia convertido en billetitos de 25, 50 y 75 pfennig debidamente resellados, y otro de 50 pfennig del municipio de Stützerbach en el estado de Turingia dividido en dos, supuestamente de 50 pfennig también ya que no hay ningún resello que indique otra cantidad. La proliferación de dinero local en la Alemania posterior a la Primera Guerra Mundial llevó a los municipios a permitirse un sinfín de licencias para revitalizar sus economías, no obstante han habido casos de estados que también, en fechas similares, recurrieron al corte de sus billetes. 

Reciclar los billetes puede ser una de las razones que lleven a las autoridades monetarias a cortarlos. Si el papel moneda disponible es limitado pero existe una demanda de circulante de bajo valor, utilizar los billetes existentes puede ser una opción. Pero puede haber otras razones detrás de esta práctica. El país pionero en este sentido fue Grecia, que en 1915 decidió cortar los billetes de 100 dracmas en dos para hacer frente a la escasez de circulante, poniendo a disposición de la población "trozos" de 75 y 25 dracmas. Sus vecinos (y enemigos irreconciliables) otomanos hicieron algo similar con los billetes de una libra, cortándolos en cuatro trozos para disponer de cuartos de libra. En Colombia, durante la década de 1940, el acaparamiento de moneda metálica llevó a las autoridades a cortar los billetes de un peso en dos, convirtiéndolos en medios pesos con su debido estampillado. 

Billetes de dracma de la década de 1920 cortados
(Standard Catalog of World Paper Money 1368-1960)


Tras la Primera Guerra Mundial Grecia recurrió de nuevo al corte de papel moneda pero esta vez con fines recaudatorios: los billetes se cortaron en dos, una de las mitades continuaría circulando por la mitad del valor facial y la otra mitad quedaría en manos del gobierno en forma de "préstamo forzoso" (también por la mitad de su valor facial).  Algo muy parecido hizo el gobierno finlandés tras la Segunda Guerra Mundial en su búsqueda de fuentes de financiación, ordenando el corte de los billetes de 500, 1000 y 5000 marcos en dos mitades. En ambos casos no se resellaron las mitades en circulación, entendiéndose que representaban el 50 % del valor facial de los billetes. 

Todos los ejemplos mencionados tienen en común un contexto bélico o de posguerra, en el que los gobiernos tratan de responder a la necesidad de circulante de bajo valor o a la búsqueda de todos los recursos financieros posibles. Pero puede haber otra razón para justificar esta práctica. En 1948, el recién proclamado estado de Israel envió grandes cantidades de papel moneda a Gran Bretaña, que hasta entonces había sido la potencia administradora de la zona, para su redención. Por motivos de seguridad, todos los billetes fueron cortados en dos y enviados en cargamentos distintos para evitar posibles robos o sustracciones.  

Billetes finlandeses de 1945 
(Standard Catalog of World Paper Money 1368-1960)


Desgraciadamente, hasta la fecha solo me ha sido posible encontrar billetes cortados para la circulación en el dinero notgeld alemán, pero no parece difícil encontrar dinero reciclado griego o finlandés. En cualquier caso, los billetes cortados, además de tener un interés histórico indiscutible, pueden representar la perfecta síntesis de dos nobles aficiones: la notafilia y los puzles.

Encyclopedia of Money, by Larry Allen, ABC-Clio Inc. Santa Barbara, California 1999, p. 40

Standard Catalog of World Paper Money - General Issues 1368-1960, Edited by George S. Cuhaj. Krause Publications (15th edition)


Comentarios

  1. Curiosa forma de conseguir hacer más llevadera una escasez después de una guerra,partir o fraccionar el dinero original en varias partes y darle o un valor proporcional o diferentes valores, realmente instructivo como siempre,que tengas unas buenas fiestas José Ramón,un cordial saludo

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    1. La verdad es que si un billete deteriorado o incluso roto puede seguir siendo válido (más de una vez me he encontrado billetes antiguos unidos con celo) no es extraño que se haya llevado a cabo esta práctica de forma oficial. Gracias Adolfo, como siempre, por tus comentarios y felicitación. Feliz Navidad para ti también, un saludo

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