EL LIARD DE LIEJA

Situación del Principado de Lieja dentro de los Países Bajos
a mediados del siglo XVI
(fuente: http://connaitrelawallonie.wallonie.be/)
Ahora que en estos fríos días vuelve a estar de moda Bélgica por motivos totalmente ajenos a la numismática, he decidido dedicar un breve artículo a una interesante moneda de cobre contemporánea de nuestros reales de a 8 y maravedís: el liard de Lieja. Lieja, situada en la actualidad en la Valonia belga, es un ejemplo que ilustra la considerable fragmentación política y territorial que vivió el continente europeo durante casi toda la Edad Media y la Edad Moderna, una época en la que las monedas utilizadas en el viejo continente se encontraban entre los escasos elementos que mostraban rasgos comunes.  



Bélgica es de hecho un país formado en fechas relativamente recientes, fruto  de la unión de pequeños estados sometidos a diferentes influencias, especialmente la holandesa, la francesa, la española y la del legendario Sacro Imperio, de tal manera que sus casi 200 años de unión no han sido siempre fáciles. Antes de su independencia en 1830 Bélgica había sido durante siglos un conglomerado de entidades jurídico-políticas con diferentes grados de autonomía, constituidas en forma de condados, ducados, principados, siendo Lieja uno de los más relevantes tanto en tamaño como en términos temporales, pues pervivió durante nada menos que 8 siglos.

Su fundación se sitúa en la Alta Edad Media, alrededor del 700, momento en que se convirtió en lugar de peregrinaje tras el asesinato del obispo de Maastricht Lamberto. Este peregrinaje impulsó a la ciudad hasta convertirse en sede episcopal a principios del siglo IX y, desde el año 980, en principado dentro de la órbita del Sacro Imperio Romano-Germánico, gobernada por un príncipe-obispo nombrado por el emperador. Poco tardó Lieja en ampliar su territorio así como en prosperar económica e intelectualmente, desarrollando escuelas de gran renombre en diferentes materias, destacando las ciencias y la medicina. Su posición estratégica, entre dos potencias como el Sacro Imperio y Francia, fue utilizada casi siempre de forma ventajosa para sus intereses, aunque en ocasiones pudo convertir a esta zona en foco de conflictos a causa de las luchas pr la hegemonía en el corazón de Europa. De hecho, a mediados del siglo XV Lieja fue absorbida por el ducado de Borgoña durante unos pocos años, dejando de existir como entidad independiente durante cerca de una década entre 1468 y 1477. 

Anversos de los dos liards de 1744 ("sede vacante", izda.) y Jean Théodore
de Baviera de 1750 (dcha.)

A principios del siglo X, el rey de la Francia Occidental, uno de los reinos sucesores del Imperio Carolingio, reconoció a Lieja el derecho a acuñar moneda. Una vez se convirtió en principado adoptó las formas monetarias del Sacro Imperio, aunque imprimiendo una serie de características propias. Con el tiempo, Lieja desarrolló un sistema monetario en el que convivían el oro (ducados y florines, las monedas de referencia en la Europa bajomedieval), la plata (con piezas como el patagon y el escalin) y el cobre,cuyas piezas son objeto del breve análisis de hoy. 

El circulante de cobre tenía como unidad el sou, equivalente a 4 liards. El liard, por tanto, era una de las denominaciones de menor valor. Las dos monedas que muestro aquí son dos piezas de este tipo de mediados del siglo XVIII. La primera es de 1744, pesa 3,63 grs. y mide 24 mm. En contra lo que pueda parecer, la efigie con mitra que aparece en el anverso no es el príncipe-obispo del momento, sino una imagen de San Lamberto, patrón de Lieja. Se trata de una pieza realizada en un momento de “sede vacante”, es decir, de interinidad entre el fallecimiento de un obispo y la elección de su sucesor, que en 1743-44 se prolongó durante unos meses. Durante este tiempo, el capítulo de la catedral era el órgano que asumía el gobierno en funciones, también en lo tocante a la emisión de moneda. La leyenda que rodea al santo nos da una pista en este sentido: S LAMBERTUS PATRO LEOD. 

El reverso, por su parte, muestra cinco escudos en forma de cruz, correspondientes a los diferentes territorios que conformaban el principado: condado de Looz (arriba), ducado de Bouillon (izquierda), condado de Hornes (abajo), marquesado de Franchimont (derecha) y Lieja (centro). La leyenda que puede leerse alrededor es la correspondiente al momento de interinidad en que fue emitida la moneda: SEDE VACANTE DEC ET CAP LEOD. 
Reversos de los dos liards, con fechas y los escudos de los distintos
territorios del principado de Lieja


El segundo liard se acuñó precisamente bajo el mandato del príncipe-obispo que asumió el gobierno de Lieja justo después de ese periodo de “sede vacante” en 1744. Es de unas dimensiones muy similares (3,33 grs. y 23 mm) y corresponde a Jean Théodore de Baviera (nieto del Rey de Polonia Juan III) que ocupó el cargo hasta su muerte en 1763. El anverso presenta un escudo de estilo alemán con las armas de Baviera-Palatinado rodeado de la leyenda I THEOD CAR D G BAU. El reverso es muy similar a la moneda de "sede vacante" salvo en la fecha (1750) y la leyenda, que resume los títulos de Jean Thèodore de la siguiente manera: EP ET PRIN LEO DUX B M F C L H. Como la mayor parte de los últimos obispos de Lieja, era de origen extranjero y pasó una gran parte del tiempo fuera del principado, lo que no le granjeó muchas simpatías. De hecho, parece ser que fue acusado por ciertas facciones de manipulación monetaria y provocar inflación, algo que tuvo repercusiones en el comercio local.   


En cualquier caso, Jean Théodore de Baviera tiene el honor de ser el último príncipe-obispo de Lieja que dejó su nombre en las monedas. Tras su muerte solo aparecieron unas pocas emisiones de “sede vacante” antes de que una revolución paralela a la francesa terminara con este principado de más de 800 años entre 1789 y 1794, momento en que sus representantes decidieron unir su destino al de Francia. 

Michael, T. Standard Catalog of World Coins 1701-1800 Krause Publications 2016


Comentarios

  1. Qué fragmentada ha estado siempre Bélgica,desconocía que fuese así desde el siglo XVI,y toda la variedad de circulante que tenían,un saludo José Ramón

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    1. Si, y de hecho es una fragmentación que continua patente hoy en día, pues flamencos y valones siguen recalcando sus diferencias. Un cordial saludo,

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  2. Hola, excelente artículo, siempre aprendo un montón con este blog y es ameno como pocos. Este tipo de monedas de liard tanto las belgas como las holandesas, están poniéndose de moda en nuestro país por el nexo con la corona de los austrias. Sorprende que tengamos tanto interés en las monedas de las américas y no tanto en las de los Países Bajos. En cierto sentido me recuerda un poco al interés creciente a nivel de corona catalanoaragonesa por monedas de Sicilia, Nápoles, etc... que durante muchos años no hemos sabido reivindicar.

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    1. Hola Joan, la verdad es que me topé con estas piezas un poco por casualidad (me llamó la atención especialmente la de "sede vacante") pero el numismático al que se las compré tenía unas cuantas, lo que confirmaría un creciente interés. Lo cierto es que uno de los objetivos de este blog es el de potenciar alternativas a las preferencias numismáticas tradicionales en España, por lo que si quieres sugerir cualquier pieza menos conocida (y a ser posible a un precio razonable) este es tu espacio. Gracias por participar, y por los inmerecidos elogios, recibe un cordial saludo

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    2. Gracias a ti. Este tipo de monedas de liard y también los patagones de plata los estoy viendo, por ejemplo, en catálogos de subasta de Aureo Calicó. Son piezas muy asequibles si las buscas por ejemplo en ebay. Eso sí, en mercadillo, cuestan de ver y eso que me muevo por Barcelona y Girona, donde hay bastante actividad numismática. Seguimos en contacto!

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