MONEDAS HISPANOÁRABES

Anverso de dirhem de plata de al-Andalus de época del
Emirato de Córdoba (756-829)
Escribir la entrada de hoy, como ocurre en muchas ocasiones, ha significado un enorme reto, pues sintetizar el origen y la historia de las monedas producidas en al-Andalus en tan poco espacio es tarea difícil, por no decir imposible. Así pues, lo que pretendo ofrecer a continuación no es más que una introducción sobre una parte fundamental de nuestra historia numismática. A mediados del siglo VII, los dos imperios que tradicionalmente se habían disputado el control de Oriente Medio, el Imperio Persa Sasánida y el Imperio Romano de Oriente vieron peligrar seriamente su posición debido a la irrupción de los árabes en esta región. Durante la segunda mitad del siglo, y espoleados por la fe en el profeta Mahoma, este pueblo fue adueñándose de la zona que comprende el Golfo Pérsico, Oriente Medio y norte de África, provocando la pérdida de una considerable parte de Bizancio (reducido a la península de Anatolia, el Egeo, Grecia y los Balcanes y alguna posesión mediterránea) y la desaparición misma del Imperio Persa. En el año 711 los árabes desembarcaron en la península ibérica en el oeste y llegaron al subcontinente indio por el este.
Reverso del dirhem, con inscripciones religiosas tanto en
el centro como en la orla


La organización de un imperio de estas características pronto requirió la emisión de una moneda propia. Durante aproximadamente seis décadas los árabes se contentaron con utilizar las monedas de persas y bizantinos y con emitir imitaciones más o menos parecidas a éstas. De los persas tomaron el dracma de plata y de los bizantinos el sólido de oro y los divisores de cobre (follis). A finales del siglo VII, bajo la dinastía Omeya, los árabes se hallaban ya en condiciones de lanzar un sistema monetario propio, que combinaría el monometalismo persa y el bimetalismo bizantino. Este sistema constaba de las siguientes monedas:  

  • Dinar de oro. Se crea alrededor de 697 d.C. con un peso de 4.24 grs. (similar por tanto al sólido bizantino)
  • Dirhem de plata: Se crea poco después, alrededor de 699 d.C. con un peso de 2.92 grs. Muy similar físicamente al dracma sasánida, pues se trata de una moneda muy plana, sin apenas grosor.
  • Felús de cobre: se crea durante la misma época y se emite en grandes cantidades hasta principios del siglo IX. Su peso rondaba los 4grs.

Estas nuevas monedas tienen un carácter claramente iconoclasta, pues salvo en contadas excepciones se suprime cualquier tipo de imagen, muy acorde con los principios de la religión islámica. No comienzan a aparecer adornos significativos hasta bien entrada la Edad Media, y solo en algunas variantes regionales. Tanto anversos como reversos muestran textos religiosos en escritura cúfica, así como la ceca y el año de emisión según el calendario musulmán, que comienza en el año 622 d.C. El esquema básico de un dirhem de plata viene a ser el siguiente: 

  • Anverso: texto religioso en el campo central, rodeado por una orla que contiene el nombre de la ceca y año de emisión
  • Reverso: texto religioso tanto en el campo central como en la orla que lo rodea.

Los árabes trataron así de poner en marcha un sistema trimetálico, en el que el que existieran unos valores fijos entre el dinar de oro y el dirhem de plata. El peso fijado, en una relación 7:10 plata/oro estaba basado en antiguas prácticas metrológicas egipcias y persas. Seguramente en un principio se estableció una equivalencia 1 dinar = 10 dirhem pero a principios del siglo IX este sistema mostró ser inviable, pues el califato Abbasí de Bagdad tomó la decisión de suprimir el sistema fijo de pesos y medidas y comenzar a realizar los pagos al peso, utilizando básculas. Asimismo, el dirhem de plata acabó convirtiéndose en la moneda de referencia, ya que la producción de felús de cobre se detuvo durante esta época, coincidente con el comienzo de la descomposición del califato de Bagdad.

Felús tipo de al-Andalus (de Early World Coins, de R. Tye)

La invasión árabe de la península ibérica supuso el colapso del reino visigodo y de la entrada de la antigua Hispania romana en la órbita árabe del califato de Damasco y, después, de Bagdad. Durante la época de la dinastía Omeya la península fue una provincia más del califato de Damasco. Esta dinastía fue derrocada tras una guerra civil alrededor del año 750, que dio comienzo al califato Abbasí de Bagdad. Una parte de la familia Omeya, liderada por Abderramán, consiguió huir a través del norte de África y fundar en la península ibérica el Emirato de Córdoba, independiente de Bagdad administrativa y políticamente aunque manteniendo vínculos religiosos y culturales.

Los emires de al-Andalus no se prodigaron en emitir dinares, pero sí dirhems, basados en los modelos surgidos en Damasco o Bagdad, pero con características propias. Su peso, que teóricamente debía rondar los 2,92 grs. se redujo a alrededor de 2,65 grs. Solo se puede especular acerca de las razones que llevaron a esta reducción, pero es posible que se debiera a una adaptación a los pesos y medidas romanos aceptados por la población local. El dirhem hispano también fue perdiendo pureza de plata y refinamiento en su diseño. El que comparto hoy aquí es una buena muestra de ello. Por sus características parece ser un dirhem de plata de la época del emirato de Córdoba  (756-929 d.C.), pues es anónimo, mide 24 mm. y pesa 2,15 grs (aunque le falta una parte  del canto, por lo que sus dimensiones debían ser mayores) y su acuñación muestra una cierta tosquedad. En cuanto a sus inscripciones, siguen las pautas descritas más arriba:

  • Anverso: Inscripción del centro:  No hay más Dios que Allah. No tiene igual. Leyenda de alrededor: En el nombre de Alá, este dirhem fue acuñado en Al-Andalus en el año --- de la Hégira (es decir, --- años tras el 622, que indica la fecha del traslado de Mahoma, mis disculpas por no haber podido averiguar el año exacto)
  • Reverso: Inscripción del centro: Allah es el único eterno e indivisible, no ha engendrado ni ha sido engendrado, no tiene igual. La leyenda de alrededor reza: Muhammad es el mensajero de Allah, lo envió con la guía y el auténtico Din (guía de conducta del Islam) para revelarlo a todas las religiones incluso si los politeístas abjuran de ellas.
Feluses agablíes del norte de África , cuyo peso oscila entre
1,4 y 3 grs. y su tamaño entre los 14 y los 20 mm

En cuanto al felús, la península vio una variedad propia en la moneda de cobre, caracterizada por presentar una estrella en el reverso. No he encontrado ninguna de éstas entre las que aparecen en la foto, pero gracias al fantástico artículo que pongo como referencia más abajo sí he podido ubicarlas. Por su peso , tamaño irregular y la tosquedad de su acuñación parece que se trata de feluses emitidos por los agablíes, emires musulmanes del norte de África que fundaron un reino a principios del siglo IX. Estos feluses suplieron la escasez de circulante de cobre en la península, y a buen seguro darán para escribir pronto otro artículo. 

En cualquier caso, para mí ha sido un placer poder al fin analizar (aunque brevemente) unas monedas que no solo condicionaron la política monetaria en la península ibérica, sino también en buena parte del continente europeo, pues los sistemas monometálicos de plata adoptados en occidente durante la Alta Edad Media fueron un reflejo de la influencia del dirhem.


Referencias: 
Early World Coins & Early Weight Standards, by Robert Tye, published by Early World Coins, York 2009
Francés Vañó, D. y Rodríguez Pérez, R. Una aproximación al felús aglabí y su contexto en el al-Andalus, en Numisma 254 año LX (2010) pp. 41-59


Comentarios

  1. El libro que he visto más didáctico sobre el tema es el Monedas hispano-musulmanas de Antonio Medina, descompone la imagen del anverso y reverso y transcribe los principales numerales y cecas para su mejor clasificación. El problema se vuelve algo más complejo (creo yo) cuando se trata de clasificar moneda Omeya o Abásida que, por geografía, suele quedar fuera del alcance de estos tratados de hipano-musulmana. Enhorabuena por el blog y el artículo, lo he descubierto recientemente y está siendo de lo más estimulante.

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    1. Muchas gracias, Joan, por tu aportación a este y otros artículos, siempre enriquecedora. Espero verte más por aquí, recibe un cordial saludo

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