DINERILLOS VALENCIANOS
Me es realmente grato
presentar hoy una de las monedas más representativas del Reino de Valencia, mi
tierra adoptiva en la actualidad. Como habréis podido deducir por el título de
esta entrada, se trata del real de Valencia o diner de vellón. El diner era
unidad monetaria que se utilizaba en la Corona de Aragón, a la que se incorporó el Reino
de Valencia en 1238 de la mano de Jaime I en un momento en que los reinos
cristianos peninsulares reafirman su primacía frente a un Islam al que solo le
quedará el reducto del Reino de Granada en el sur. Cuando se introdujo el diner
en Valencia en 1247 contenía aproximadamente un 24 % de plata, pero, como suele
ocurrir tantas veces en la
Historia , su contenido de metal precioso se fue rebajando
hasta quedar reducido a la mínima expresión.
De hecho, durante el
siglo XVII el diner apenas contenía un 3 % de plata y pesaba un gramo de peso,
lo que le hizo ser apodado como el “diner menut” o dinerillo. En la época de
los llamados Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) esta unidad
se había convertido claramente en moneda fiduciaria, es decir, de un valor
nominal sensiblemente mayor al que tenía en metal. Tenía tan poco aprecio esta
moneda entre la población que las transacciones en diners menuts se hacían al
peso en paquetes de papel de una libra conocidos como “papers de menuts”. Los
particulares ni siquiera se molestaban en comprobar el número de diners que
estos paquetes contenían.
Reverso de los diners menuts con el arbor ad modum floris |
Además, como suele suceder con las monedas en periodo de decadencia, estas acuñaciones se
caracterizaban, como podéis apreciar en las imágenes, por ser bastante flojas y
toscas. Este hecho, unido al escaso valor de su metal, hacía muy tentadora y
rentable su falsificación. De esta forma, proliferaron en todo el Reino de
Valencia los talleres clandestinos que inundaron el circulante de moneda falsa,
poco distinguible de la moneda oficial. Como explica F. Tormo, las autoridades
fijaron sin demasiado éxito diferentes disposiciones para luchar contra este
fenómeno, desde fuertes multas (50 libras y 10 años en galeras) hasta la
prohibición en 1634 del uso del vellón en las transacciones a favor de otros
metales para favorecer la circulación de monedas legítimas. El caos monetario
que conoció Castilla gracias al reiterado resellado de sus monedas de
cobre tuvo su réplica, aunque de forma distinta, en la Corona de Aragón.
Detalle del arbor ad modum floris |
Los dinerillos
valencianos no sobrevivieron al proceso centralizador del rey Felipe V
(1700-1746) pero dejaron tras de sí una larga historia de más de 400 años. Una
historia que, aunque mucho más dilatada en el tiempo, recuerda en gran medida a
otras unidades monetarias que en su día se vieron seriamente afectadas por la devaluación, como el
antoniniano en el siglo III o el follis en el IV.
Tormo, F. El Tesoro de la Guerra de Sucesión de la
calle Bolsería (Valencia) en Tesoros Monetarios de Valencia y su Entorno,
Grandes Temas Arqueológicos 4, ed. Ribera A. y Ripollés, P. Oficina de
Publicaciones Ayto. de Valencia, 2005
Mateu y Llopis, F. El
“Arbor ad modum floris” en dineros de Cataluña, Navarra, Aragón y Valencia,
siglos X a XIII. Diputación Foral de Navarra. Consejo de
Cultura. Institución Príncipe de Viana, 1969
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