DÓLARES NO DESEADOS

La moneda de dólar (llamada popularmente "Carter quarter")
comparada con una moneda de 25 cents. de la misma época

Los que hemos tenido la suerte de visitar los Estados Unidos nos ha llamado la atención (entre otras cosas) el hecho de que su unidad monetaria, actualmente inferior en valor al euro, siga emitiéndose en papel moneda. Pese a que con un dolar poco se puede comprar hoy en día, la imagen de George Washington en papel moneda sigue siendo la más habitual en el momento de rascarnos el bolsillo. 

Reverso de las mismas monedas de dólar y 25 cents. En el
caso de la moneda de dólar, el águila se posa sobre la luna

Aún así, es probable que en algún momento de nuestro viaje llegue a nuestras manos alguna moneda de dólar. Y la pregunta que nos hacemos es: ¿cómo es posible que no circulen más como esas? En los últimos 40 años las autoridades estadounidenses han intentado en diferentes ocasiones poner en circulación monedas de un dólar. El primer intento es el célebre dólar de 1971 (con el presidente Eisenhower en el anverso) que conmemora la primera misión tripulada a la luna pero su gran tamaño hacía que su uso cotidiano fuera incómodo. A finales de la década de 1970 se puso en marcha una moneda de dólar de menor peso y tamaño que tampoco encontró la aceptación deseada. Se trata del dólar en el que aparece retratada Susan B. Anthony, luchadora por el derecho al sufragio femenino (v. fotografías de arriba). La baja aceptación de esta moneda se debía al parecer al hecho de que se confundía fácilmente con las monedas de 25 centavos, al estar hechas del mismo material (cupro-níquel) y tener un diámetro similar. De hecho, se conoció popularmente como "Carter quarter", dado que fue impulsada bajo la administración Carter (1977-1981). Además, el retrato escogido de Susan B. Anthony no terminaba de gustar entre el público. De esta forma, se dejaron de producir pronto estas monedas, aunque hoy en día todavía se pueden ver en circulación. 



El dólar "Sacagawea" (izquierda) y uno de los dólares
"presidenciales" con la efigie de J. Monroe (1817-1825)

A partir de la década de los 90 se trató de dar un nuevo impulso a las monedas de dólar, aprendiendo de los errores anteriores: se pensó en monedas con un tono de color dorado y el canto liso, de tal manera que pudieran distinguirse bien del resto. A partir del año 2000, una vez bajaron significativamente las reservas de dólares "Anthony", se pusieron en circulación los dólares "Sacagawea", nombre de la niña india que ayudó a los exploradores Lewis y Clark en su expedición hacia la costa oeste de Norteamérica a principios del siglo XIX, y cuya imagen aparece en el anverso. Posteriormente, a partir de 2007 se aprobaron las monedas de dólar con las efigies de varios de los primeros presidentes de EEUU, con el mismo formato que el dólar "Sacagawea". No obstante, no parece que estas monedas convenzan más al público, de manera que acaban circulando más entre los coleccionistas de todo el mundo que entre la población norteamericana. El dólar de papel sigue ganando la partida hasta la fecha. 

Reversos de las nuevas monedas de dólar:"Sacagawea"
(izda.) y presidenciales (dcha.)



Seguramente esto es así porque los estadounidenses consideran más cómodo llevar la mayor parte del dinero en efectivo en papel, y no parece que esta percepción vaya a cambiar a corto plazo. No obstante, las autoridades económico-financieras del país van a tener que redoblar sus dotes de convicción en algún momento, ya que emitir dólares en papel moneda tiene un alto coste económico para el estado (y, por tanto, para el contribuyente). Si bien producir monedas es en principio más caro, su período de circulación es mucho más largo que el de los billetes. En la página web de Dollar Coin Alliance, organización que hace campaña por el uso de las monedas de dólar, se argumenta que, mientras una moneda circula durante 35 años o más, un billete lo hace por un periodo medio de 2 a 4 años. Por tanto, si tenemos en cuenta que producir una moneda cuesta alrededor de 18 centavos e imprimir un billete alrededor de 7 centavos, no hace falta ser premio Nobel de matemáticas para darse cuenta del gran ahorro que supondría para el gobierno dejar de emitir billetes de dólar y utilizar las cuantiosas reservas de monedas existentes.

Existen infinidad de páginas web que nos dan a conocer la historia de estas malogradas monedas, yo os propongo ésta: 

http://www.smalldollars.com/