PESETAS (MUY) CARAS
Aunque cada vez es más habitual la la compra-venta online de monedas y billetes, con innumerables portales que nos ofrecen la posibilidad de encontrar cualquier objeto de colección a precios más que razonables, somos muchos los que seguimos valorando la asistencia regular a los establecimientos, sobre todo a aquellos "de toda la vida" ubicados en el centro de grandes ciudades. Podéis llamarnos clásicos, no sin razón, pero el encanto de los escaparates, el trato personal y la posibilidad de ver de cerca los artículos que podemos comprar (o no) son siempre alicientes que nos animan a seguir acudiendo a esos establecimientos. Y en cuanto nos ponemos a hablar con los responsables, nos damos cuenta de que todos comparten un problema: las noticias falsas o exageradas acerca del supuesto valor de "algunas" monedas de peseta de épocas recientes que todo podemos tener guardadas en algún cajón.
Tanto es así que hay numismáticas en las que puede leerse el cartel de "no aceptamos monedas de Franco o Juan Carlos I." La razón es el aluvión de particulares, poco o nada interesados en el mercado numismático o notafílico, que han leído "en la prensa" acerca del elevado valor que ahora tienen ciertas monedas antiguas de peseta, algunas de las cuales todavía circulaban en los últimos años del siglo XX. Como el dinero es algo que jamás se tira, aunque quede obsoleto, y cambiarlo nos suele dar pereza (y desde hace algún tiempo ya no es posible hacerlo) quién sabe si dentro de las cajas metálicas en las que guardamos las antiguas pesetas "rubias" o las monedas de cinco duros nos pudiéramos topar con alguna de estas joyas.
Como investigar todas las monedas puede resultar un poco tedioso, a muchos de estos particulares no se les ocurre idea mejor que acudir a las numismáticas con todo el cajón para ver si los expertos pueden detectarlas de forma rápida, como si no tuvieran nada mejor que hacer. Todo esto, aunque los responsables de los establecimientos se nieguen (con razón) a realizar esa tasación gratuita, conlleva para ellos una pérdida de tiempo y cierto desgaste, especialmente cuando se encuentran con la incomprensión de ciertos individuos. Y todo ello puede desembocar en más de una situación desagradable, que alguna vez he tenido la ocasión de presenciar.
Todo esto se debe, en mi opinión, a la presión que tienen ciertos medios de comunicación en rellenar espacios con ciertas noticias poco trascendentales pero que pueden resultar ser unos cómodos "clickbaiters" o ciberanzuelos. En este caso, se trata de atraer la atención de los usuarios haciéndoles creer que pueden tener un auténtico tesoro en su casa. El problema está en que no solo medios de comunicación de bajísima calidad hacen gala de este sensacionalismo barato, sino también a veces otros de mejor reputación, como por ejemplo:
Resulta chocante ver cómo el titular nos recomienda revisar nuestras "viejas monedas de 100 pesetas" en comparación con el contenido más abajo, que especifica que la moneda de 100 pesetas que puede llegar al cuarto de millón de euros es la de oro de 1870, de la que se conocen sólo un puñado de ejemplares. Difícilmente va a aparecer una pieza así en algún rincón de nuestra casa.
Este otro artículo es aún más curioso:
Se refiere al valor de algunas monedas que nos resultan más familiares, como las de Juan Carlos I del Mundial 82. De hecho, abre la información con una foto de esas mismas monedas con las que pagábamos las golosinas en las panaderías hace 40 años. El artículo da a entender que hay monedas de 5 pts. del Mundial 82 que pueden cotizar hasta los 400 euros por un supuesto error de acuñación: en lugar de aparecer el año 1980 en el anverso, se refleja 1975. Aún siendo real ese error, sería casi imposible que ninguno de nosotros encontráramos semejante rareza en nuestros cajones. Peor aún es cuando afirma que por la moneda de 100 pts de 1992 "se pagan unos 100 euros", algo que no tiene el más mínimo fundamento. La cosa llega al paroxismo cuando se refiere a "la moneda de 50 pesetas de Franco de 1949", por la que pueden llegar a pagarse también miles de euros. Como todo coleccionista medianamente informado sabe, las monedas de 50 pts. de Franco son posteriores, lo que lleva a suponer que el articulista ha confundido la pieza de 50 con la de 5 pts. de ese año.
La célebre "peseta de Benlliure", una de las "rubias"
que más valor pueden alcanzar (imagen de www.artesubastas.es)
Inexactitudes, medias verdades cuando no flagrantes mentiras trufan muchos de estos artículos, que al aparecer en prensa considerada como "seria" llevan a muchos particulares a hacer perder mañanas enteras al personal de las numismáticas atendiendo a todo tipo de peticiones carentes de fundamento. Como he sido testigo de este tipo de situaciones, creo que ha llegado el momento de unirme a otros aficionados y utilizar este humilde espacio para, primero, informar a los coleccionistas e interesados acerca de qué monedas españolas de la segunda mitad del siglo XX pueden tener un valor más elevado de lo habitual, y, segundo, apelar a la profesionalidad de ciertos periodistas para que sus únicas guías en su labor sean el rigor y el deseo de ofrecer una información veraz.
Lo primero con lo que debemos contar, seamos coleccionistas, estudiosos o simples curiosos, son fuentes fiables. Y en el caso del valor de las monedas son los catálogos actualizados, que podemos encontrar en cualquier numismática u online. Aquí dejo el que siempre utilizo: https://catalogodemonedas.es/?q=catalogo. Según estos catálogos, las monedas de mayor valor del franquismo o el reinado de Juan Carlos I que nos podemos encontrar en nuestras casas, siempre en un estado de conservación SC (sin circular) o EBC (excelentemente bien conservada) son las siguientes:
- La peseta "rubia" de 1946 con el año 19-48 en las estrellas. Se trata de la célebre "peseta de Benlliure" que ya ocupó un lugar en este blog. No se sabe exactamente cuántas de estas piezas se produjeron, pero solo se conocen un puñado de ejemplares, y su precio puede rondar los 3.000 €. Problema: es tan sumamente escasa que resulta prácticamente imposible encontrarla en el fondo de algún cajón. No obstante, si disponemos de una tarde libre, una lupa y nada mejor que hacer, podemos revisar todas las antiguas pesetas una por una para intentar dar con ella, ¿por qué no?
- Algo similar sucede con la peseta de 1947 con el año 19-56 en las estrellas. Se trata de un error de acuñación y, como en el caso anterior, no se conoce exactamente el número de ejemplares producidos. Su precio puede ascender a los 400 € en estado SC (225 € en EBC) y, aunque no parece fácil de conseguir podría ser el premio de consolación cuando no encontremos la de 1946. Aún así, las posibilidades de hacerse con una de estas monedas en buen estado son también bastante escasas.
- 2,50 pts. de 1953 con el año 19-68 en las estrellas. Su tirada fue de 1000 ejemplares y su valor puede alcanzar los 1.000 €
- 5 pts. de 1949. En este caso tenemos dos ejemplares de prueba: la variante 19-51 y la 19-52 en las estrellas. Ambas tienen la misma tirada (145.462) pero mientras que la primera puede valer unos 5.000 € la segunda puede alcanzar los 20.000. La joya de la corona de la numismática del franquismo, sin duda.
- 50 pts. 1957 con el año 19-68 en las estrellas. Su tirada fue de 1000 ejemplares y su valor puede alcanzar los 750 €.
- De forma similar, las 50 pts. de 1957 con el año 19-69 en las estrellas tuvieron una tirada algo mayor (1200) y su valor ronda los 600 €.
Hola,excelente entrada como siempre,haces bien en informar de forma verídica de los valores y años de estas pesetas,pues desde que no se cambian en el banco de España mucha gente,como bien comentas llevan todo el cajon entero de monedas esperando que se las tasen,comentarte que yo tambien soy de la vieja escuela y me gusta rebuscar en cestitas piezas que,aunque algo deterioradas en algunos casos son atractivas ala vista,gracias por tu labor,felices fiestas y buena entrada de año José Ramón
ResponderEliminarMuchas gracias como siempre. Hay que reconocer que siempre es apasionante encontrarse con una caja de monedas antiguas. A veces te llevas sorpresas agradables, o encuentras piezas que faltaban en tu colección. Pero hacer creer que una moneda de la segunda mitad del siglo XX puede valer una fortuna es engañar a los lectores descaradamente. La ética periodística brilla por su ausencia, desgraciadamente. Feliz año Adolfo, un saludo
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