DINERO QUE CRECE EN LOS ÁRBOLES
He de reconocer que en
ocasiones me entran ciertas dudas sobre la conveniencia de tratar el tema del
dinero-mercancía en este blog. Pese a su indudable interés y peculiaridad, no
se trata por lo general de un dinero atractivo para los coleccionistas. Además,
es difícil encajar en el mundo de la numismática artículos que no son monedas per se, dado que no reúnen
características propias de éstas, especialmente la de estar emitidas por una
autoridad. No obstante, en el caso que hoy nos ocupa, los granos de cacao, no
he podido resistirme puesto que no solo es una forma de dinero que se empleó
durante siglos en la América
de los mayas, aztecas y conquistadores españoles, sino que además constituyó
una forma de cuenta y atesoramiento muy aceptada por la población y las
autoridades de su época.
Mucho antes de que los
españoles pisaran el continente americano, el cacao era consumido en las partes
de Méjico y América Central dominadas por los mayas primero y los aztecas
después. La bebida conocida como xocoatl,
hecha a partir de granos de cacao tostados, agua y especias, poco tenía que
ver con la que disfrutamos hoy en día, pues destacaba por su sabor fuertemente
amargo. Al tratarse de una planta difícil de cultivar y de bajo rendimiento, las
semillas de cacao eran lo suficientemente escasas para ocupar las funciones de
las monedas. De hecho, el cacao era considerado por estas civilizaciones como
un artículo de lujo, ya que su consumo quedaba reservado para las clases altas
y las grandes ocasiones.
Los granos de cacao
tenían otras ventajas para su circulación como dinero-mercancía: buena
portabilidad por su bajo peso y tamaño, fácil divisibilidad y bastante
perdurabilidad. Las desventajas podían encontrarse en su relativamente fácil
falsificación, pues se podían vaciar y rellenar de arcilla dando la impresión
de autenticidad, así como en su falta de control, característica propia de todo
dinero-mercancía.
La llegada de los
españoles supuso un cambio radical en muchos aspectos, entre ellos el del uso
del cacao como dinero. Se produjo por un lado una “devaluación” del grano de
cacao, al producirse en mayor medida, y por otro una cierta “oficialización” de
su uso como forma de pago. En este sentido, se creó una medida conocida como “xiquipilli”, consistente en 8.000 granos,
que se atesoraban en sacos de 3 unidades (24.000 granos). Al miso tiempo, en
1555 se fijó por ley la equivalencia con el real de plata en 140 granos de
cacao por real. Estaba claro que el cacao seguía siendo valioso, pero mucho
menos que en épocas anteriores. Se sabe que en tiempos de los aztecas se podía
adquirir un esclavo por 100 granos, mientras que a mediados del siglo XVI ese
mismo precio era lo que costaba un animal de granja.
Parece ser que el uso de
estas semillas como moneda tuvo continuidad durante toda la época colonial
española, hasta principios del siglo XIX. Para ese momento el chocolate era ya
tremendamente popular en la vieja Europa, y por lo tanto un negocio muy
lucrativo para muchas empresas y comerciantes, que, al igual que las antiguas
civilizaciones de América Central, pudieron ver el potencial económico del
cacao, aunque de una manera bien distinta.
Fuentes:
Fuentes:
Odd and Curious Money, descriptions and values, by Charles J Opitz, 2nd Edition 1991
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