LAS ÚLTIMAS MONEDAS VALENCIANAS

Me hizo bastante ilusión ver cómo, en fechas recientes, mi blog ha sido citado en un diario digital español de renombre: El Debate. El artículo que encontré hacía referencia a un post de mis primeros años relacionado con una moneda valenciana que ha dejado una profunda huella en el imaginario colectivo de este antiguo reino: el diner menut o dineret. Os dejo aquí el enlace para que lo echéis un vistazo: 

https://www.eldebate.com/espana/comunidad-valenciana/20240714/son-dinerillos-valencianos-moneda-tiempo-estuvo-curso-region_211970.html

Este artículo me ha servido como estímulo para profundizar más en la moneda valenciana, que como podéis imaginar iba mucho más allá de estas pequeñas piezas de poco valor. En ese post, titulado Dinerillos Valencianos, me centraba sobre todo en la decadencia del diner, en cómo esta unidad monetaria quedaba reducida durante el siglo XVII a una pequeña pieza de apenas un gramo de peso y sin contenido de plata. No obstante, no presté demasiada atención a su contexto histórico y monetario, lo cual voy a hacer a continuación. 




Diner de vellón de Jaime I, de mediados del s. XIII 
Anv/ :IACOBVS REX Rev/ +VALENCIE
Estas piezas contenían un 24 % de plata, cantidad que 
se redujo de forma progresiva. 

El siglo XVII, en efecto, marca el final del sistema monetario valenciano. Este sistema, al igual que sus coetáneos europeos, se basaba en tres unidades: el diner, el sueldo (equivalente a 12 diners) y la libra (equivalente a 20 sueldos). Únicamente el diner de vellón se convertiría en moneda, aunque las otras dos unidades fueron utilizadas para la contabilidad en época medieval. Las acuñaciones que se emitían en el reino de Valencia bajo los Austrias (ss. XVI-XVII) eran las siguientes:  

  • Oro: el ducado, equivalente a 21 sueldos o 252 diners. A partir de 1544 empezaron a ser sustituidos por los escudos, de menor peso y ley. 
  • Plata: el dieciocheno o dihuité, llamado así por equivaler a 18 diners o un sueldo y medio. Con su característico busto real frontal en el anverso y el escudo de armas valenciano en el reverso, es hoy una de las piezas más codiciadas por los coleccionistas de moneda de esta época. 
  • Vellón: el diner, que en un principio contaba con un 24 % de plata, vio como este contenido se reducía progresivamente. A finales del siglo XVII, el diner (apodado "menut" por su pequeño tamaño y valor) contenía solo un 3 % de plata, lo que le convertía en una moneda fiduciaria. 
Por supuesto, no solo circulaba esta moneda en el reino de Valencia. Los reales castellanos de plata, de mayor peso y ley que los dihuités, eran muy apreciados en este territorio, cotizándose por encima de estos últimos y llegando a ser utilizados en la ceca de Valencia para la producción de moneda de plata local. 

La llegada de la dinastía borbónica al trono supuso entre otras cosas la centralización y adaptación de los sistemas monetarios locales al sistema castellano. A partir de 1707, momento en que el rey Felipe V aprueba el Decreto de Nueva Planta, el sistema monetario valenciano introducido en el siglo XIII dejó de existir. No obstante, pasó por un periodo de transición marcado por la emisión de las últimas piezas puramente valencianas. 

La ceca de Valencia pasó a producir a partir de este momento escudos de oro y reales de plata con el mismo peso y ley que los emitidos en Castilla. Únicamente se diferenciaban por tener una pequeña V en el reverso como marca del taller de Valencia. En el caso del cobre, se intentó una adaptación al antiguo sistema valenciano y de esta forma se emitieron seisenos y tresetas, equivalentes a seis y tres diners respectivamente. 





Piezas de seiseno (derecha) y treseta (izquierda)


Estas piezas se produjeron entre 1709 y 1713. Si la acuñación de moneda es en general una prueba de quién ostenta el poder en un momento determinado, los seisenos y tresetas son un claro ejemplo de ello. Como podéis ver con claridad en las imágenes, ambas monedas de cobre llevan en su anverso el escudo de Castilla y León coronado, a modo de recordatorio de cuáles iban a ser las referencias monetarias de los valencianos a partir de este momento. La leyenda reza PHILIPPVS V DEI GRAT (Felipe V por la Gracia de Dios) y a ambos lados encontramos las iniciales F V, que no se corresponden con el primer rey Borbón de España sino a la marca de la ceca (V) y al ensayador Bartolomé Beltrán Fauria (F). Los reversos contienen una prominente V, en este caso correspondiente al numeral ordinal del rey, y la leyenda HISPANIARVM REX (Rey de las Españas) con la fecha, 1711 (el seiseno) y 1710 (la treseta). Pueden verse además los valores faciales, aunque de forma distinta: en el caso del seiseno, aparece en el centro expresado en numeral arábigo (6) mientras que en la treseta se encuentra debajo de la V en numeral romano III. 

La ceca de Valencia aún continuó funcionando por un tiempo. Entre 1718 y 1720 acuñó maravedís con el distintivo del murciélago como marca del taller y casi un siglo después, durante la guerra contra los franceses, se puso en marcha de forma puntual para acuñar reales. En un sistema cada vez más centralizado, las cecas tradicionales iban perdiendo peso, pero dejaron constancia de monedas como estas en su paso por la Historia. 

Quería despedir el año dedicando una entrada a Valencia, tierra que ha sufrido este año de forma especialmente dura los efectos de las inundaciones, y desearos un muy feliz 2025. Nos seguiremos viendo, cómo no, con más y mejores curiosidades...


Para la elaboración de este post me he basado casi enteramente en esta interesante publicación, que os podéis descargar fácilmente en pdf: 
Pere Pau Ripollés / Mª del Mar Llorens (coordinadores) - Els diners van i vénen. Museu de Prehistòria, Col.lecció Perfils del Passat nº 6, València 1999

Y para la descripción de las monedas que aparecen, me he valido de las siguientes webs: 

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