MONEDAS CON FORMA DE BARRA

Anverso de moneda de 2 shu
 (1832-1858)
Hoy se cumple exactamente un año del inicio de este blog, y para celebrarlo he escogido una interesante moneda de Japón, país con el que comencé mi andadura en el mundo de las curiosidades numismáticas. Efectivamente, aquel 22 de Febrero de 2012 publiqué mi primera entrada que trataba acerca del dinero hansatsu, conocido también como “marcapáginas” por su enorme parecido a este popular objeto.

En varios países asiáticos se produjeron hasta el siglo XIX monedas rectangulares y alargadas con forma de barra (bar money), pero en el caso de Japón podemos encontrar una gran variedad de ejemplos. En esta entrada no voy a dedicarme a describir el sistema monetario pre-decimal japonés, más que nada porque es extremadamente complicado y merecería por lo menos varias páginas. Antes de la adopción del yen (y, por lo tanto, del sistema decimal que ya imperaba en casi todo Occidente) la unidad monetaria de oro japonesa era el ryo. Cada ryo se dividía en 4 bu, y cada bu en 4 shu. Para hacernos una idea de la complejidad de este sistema, baste decir que las monedas de oro no tenían necesariamente que valer más que las de plata. En esta época podemos encontrar monedas de plata de 1 bu (ichibu-kin en japonés) y al mismo tiempo otras denominaciones en oro equivalentes a 1 ó 2 shu.


Es el caso de la que presento hoy. Se trata de una moneda de 2 shu de oro (nishu-kin), aunque es necesario puntualizar que el contenido de este metal está altamente rebajado, puesto que representa más o menos el 30 % del total de la aleación, siendo el resto plata. Fue producida a mediados del siglo XIX, durante el llamado período tenpo (1832-1858), poco antes por lo tanto de la restauración Meiji de 1868, que supuso la definitiva modernización del país. Mide 13 x 6 mm. y pesa 1,66 grs. Según esta página (http://www.moneymuseum.com/) el anverso de esta moneda presenta símbolos imperiales y el valor facial de la moneda: 2 shu. Este valor facial se refleja en las dos barras horizontales que aparecen en el centro. El reverso contendría nada menos que el nombre (arriba) y la firma (debajo) del responsable de la ceca.

Reverso de la moneda, con la firma
del responsable de la ceca
Monedas como esta reflejan la confusión reinante en el sistema monetario japonés de la época. A mediados del siglo XIX, los gobiernos nipones se vieron obligados a realizar sucesivas devaluaciones de las monedas de metal precioso para poder cubrir sus altos déficits fiscales, lo que inevitablemente resultó en alzas inflacionistas. Además, tuvieron que hacer frente a una masiva salida de oro al exterior, ya que este metal era mucho más barato en Japón que en otros países: mientras que en Japón 1 gramo de oro se cotizaba a 5 gramos de plata, en el exterior la misma cantidad de oro se adquiría con 15 gramos de plata. En este sentido, las devaluaciones servían también para tratar de ajustar el precio del oro y equipararlo así a los estándares internacionales, algo muy importante en un momento en el que Japón comienza a abrirse al comercio internacional.

Una época muy confusa en lo económico, pero que sin duda dejó una gran cantidad de monedas de gran belleza a precios hoy en día razonables. Para haceros una idea general de la historia monetaria de Japón así como de su patrimonio numismático, os recomiendo fervientemente la página web del Banco de Japón (http://www.imes.boj.or.jp/cm/english/history/18C/). Para profundizar más os dejo este interesante documento del Museo Británico que, os prevengo, requiere cierto tiempo (y grandes dosis de atención) para leer

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