LAS ÚLTIMAS MONEDAS CASH

Pu Yi (Xuantong) último emperador Qing como
emperador de Manchukuo (fuente: Wikipedia)
Se cumple por estas fechas mi quinto aniversario como bloguero numismático y pensaba, como tengo por costumbre en tan entrañable ocasión, dedicar mi entrada a Japón, ya que fue así como me estrené aquel 22 de Febrero de 2012. Esta vez no me ha sido posible encontrar algo realmente curioso de aquel país, aunque sí que puedo ofrecer un tema estrechamente relacionado, pues la entrega de hoy versará sobre uno de los personajes históricos más desdichados que se pueden recordar: Aisin Gioro Pu Yi, el último emperador chino Qing inmortalizado por Bertolucci en 1987. Pocas veces ha podido existir tanta diferencia entre el poder nominal y el poder efectivo de una persona.


Lo cierto es que Pu Yi, cuyo título imperial fue Xuantong (y así es como aparece en sus monedas) no pudo hacer mucho por evitar esta situación, pues fue entronado en unas circunstancias ciertamente lamentables para su país y sus habitantes. El siglo XIX chino es claramente un siglo de imparable decadencia, durante el cual las reformas que la dinastía manchú de los Qing  había introducido más de un siglo antes no darían más de sí. Viejos vicios como la corrupción generalizada entre el funcionariado o la adopción de desmedidos gastos suntuarios reaparecieron, así como un creciente empobrecimiento del campesinado, ya que el impresionante aumento de población (de 143 millones de habitantes a mediados del siglo XVIII a 360 millones a principios del siglo XIX) no fue efectivamente asimilado con el cultivo o colonización de nuevas tierras. En el exterior, el siglo XIX es recordado como el de la apertura de China hacia el resto de mundo, pero en un sentido más bien traumático. Las guerras del opio, impulsadas por los británicos para forzar la apertura del inmenso mercado chino al comercio occidental, mostraron al resto del mundo la debilidad de este inmenso imperio, que se había resistido a adoptar los avances tecnológicos ligados a la Revolución Industrial. China fue poco a poco convirtiéndose de facto en una colonia de los países occidentales y Japón al quedar dividida en zonas de influencia a finales de siglo. No obstante, como toda acción va acompañada de una reacción, surgieron al mismo tiempo movimientos de corte nacionalista y reformista que abogarían por adoptar todos aquellos avances modernizadores occidentales (parlamentarismo, industrialismo y reforma educativa) como forma de devolver a China la fortaleza necesaria para reafirmar su papel de gigante asiático.

Moneda con la efigie del general Yuan Che-Kai, que
gobernó China entre 1912 y 1916
Además, Pu Yi asumió la más alta dignidad a la corta edad de dos años, lo cual no facilitaba precisamente las cosas. En realidad fue impuesto por la emperatriz viuda Cixi, antigua concubina del emperador Xianfeng (1851-1861) y verdadera gobernante en la sombra durante las últimas décadas de la dinastía Qing. Deseosa de seguir en este papel, a la muerte de su sobrino el emperador Guangxu (1875-1908) eligió a Pu Yi, hijo del medio hermano de aquel, como sucesor. Todos estos acontecimientos no sirvieron sino para acelerar el final de la dinastía. Cixi murió ese mismo año y la república fue proclamada apenas tres años después. Sus tímidas reformas en las finanzas y la administración, así como en el estamento militar no servirían para detener el imparable deterioro de la imagen del emperador, cuya autoridad, más teórica que real en este momento, llevaba siendo abiertamente contestada tanto dentro como fuera de China.

Cabe decir que la película de Bertolucci, dejando aparte ciertas licencias fantásticas (la más recordada la del grillo del emperador, que permanece vivo en su caja durante nada menos que seis décadas), se ajusta bastante a lo que sucedió en realidad. No es para menos, teniendo en cuenta que el director consiguió filmarla en la mismísima Ciudad Prohibida. Este inmenso complejo amurallado de palacios, santuarios y jardines de Beijing, construido por los emperadores Ming a principios del siglo XV, fue la prisión de lujo en la que debió vivir el depuesto Pu Yi.  La proclamación de la República tras la revolución de 1911 no se llevó a cabo sin antes alcanzar un acuerdo de compromiso mediante el cual el emperador-niño podía residir en la mitad norte de la Ciudad Prohibida y disfrutar de todos los honores correspondientes a su dignidad (así como la percepción de una generosa suma anual) a cambio de su abdicación, efectiva el 12 de febrero de 1912. Pu Yi creció así entre cortesanos, concubinas y eunucos, rodeado de más pompa y boato que una persona tan joven pueda asimilar, y al mismo tiempo sometido a las más rígidas normas de protocolo y privado de ver a su familia  más que en contadas ocasiones. Un ambiente, podemos deducir, poco recomendable para el desarrollo físico y emocional de un niño.

Pero esta situación no duraría eternamente. La nueva república se deterioraría irremediablemente al acumular poder el general Yuan Che-Kai en detrimento del Kuomintang, el partido nacionalista chino impulsor de la revolución. La segunda década del siglo XX chino contempla un proceso muy similar al de otros momentos de la historia de este país, en el que un débil y deslegitimado poder central apenas puede hacer nada frente a la proliferación de señores de la guerra que controlan sus respectivas provincias al sur y al oeste del país. Estos señores de la guerra tendrían una influencia decisiva en el devenir de Pu Yi, pues uno de ellos, el pro-monárquico general Zhang Xun, le repuso como emperador durante apenas una semana en julio de 1917 (un aspecto, por cierto, que no recuerdo que figurara en la película) y otro, Feng Yu Hsiang, le expulsó de la Ciudad Prohibida en 1924. Era la primera vez que Pu Yi salía de este complejo en 16 años, y no volvería a él hasta varias décadas después como un visitante más.
Anversos de dos monedas xuantong tong bao (1909-11) correspondientes
al reinado de Pu Yi. La de la izquierda es fundida y la de la derecha producida
con maquinaria de acuñación. Son de reducidas dimensiones (aprox. 18 mm)

Reginald Johnston, el tutor británico encarnado por Peter O'Toole en el film (aunque su papel debía ser en realidad el de intermediario entre el gobierno británico y lo que quedaba de institución imperial, sí que enseñó al joven emperador a hablar inglés y a desarrollar una sincera fascinación por todo lo occidental), ayudó a Pu Yi a escapar a la sede diplomática japonesa en Beijing. Más tarde se trasladaría a Tientsin en la costa, dentro de la zona de influencia japonesa. Allí se dedicaría, además de desarrollar una activa vida social junto con sus dos esposas, a idear la forma de volver al trono.

En 1931 los japoneses invadieron Manchuria y crearon el estado de Manchukuo como forma de preservar sus intereses en el norte de China. Un estado-títere necesitaba un emperador-títere y Pu Yi aceptó entusiasmado este papel, no en vano, llevaba años dependiendo en todos los sentidos del Imperio del Sol Naciente. En 1934 fue coronado emperador, aunque si albergaba alguna esperanza de dirigir algo parecido a un gobierno independiente pronto se desvaneció la idea, pues los japoneses se encargaron de tomar todas las decisiones por él. Uno de los pocos aspectos en los que no se salieron con la suya, parece ser, fue en el de la elección de esposa. La emperatriz Wang Jung (conocida como Elizabeth), presa del desdén con el que su marido la trataba y una irrefrenable adicción al opio, perdió completamente el juicio durante este segundo reinado y fue apartada de la corte. Los japoneses presionaron a Pu Yi para que contrajera matrimonio con una candidata japonesa pero él siempre insistió, de acuerdo con sus costumbres ancestrales, en casarse con una mujer manchú, cosa que hizo en 1937 aunque solo por el espacio de seis años hasta el fallecimiento de ésta en extrañas circunstancias.
Reversos de las monedas xuantong tong bao, con la marca de la ceca en manchú.
La de la izquierda corresponde a Beijing y la de la derecha a Guangzhou

Los rusos, que invadieron Manchuria en los días postreros de la Segunda Guerra Mundial, hicieron prisionero a Pu Yi en 1945, permaneciendo bajo su custodia hasta 1949. Durante este tiempo fue bien tratado por las autoridades soviéticas, conscientes de que podía serles útil. De hecho, en 1946 testificó en Tokio contra criminales de guerra japoneses sin ningún reparo, seguramente regocijado ante la idea de vengarse por el trato denigrante recibido como emperador títere. Tras la llegada al poder de Mao Zedong fue devuelto a las autoridades chinas, internado en una prisión y sometido a varios años de "reeducaciòn" que lo convirtió en un ciudadano más de la República Popular China a partir de 1959. Trabajó como jardinero en el Jardín Botánico de Beijing, y su vida no fue todo lo anónima que podríamos suponer puesto que las autoridades siguieron utilizándole para diversos fines o inmiscuyéndose en su vida privada: en este sentido, escribió su autobiografía "animado" por el gobierno, que le organizó su última boda con una mujer llamada Li Shu-Hsien en 1962. Era la primera vez en la historia que un emperador manchú contraía matrimonio con una china. Murió en 1967 de cáncer renal y anemia cardíaca en medio de la Revolución Cultural impulsada por el todopoderoso líder Mao.

Moneda china de cobre de principios del s. XX emitida
a través de maquinaria de acuñación
Las monedas cash de Pu Yi reflejan a la perfección la crisis en la que estaba sumido el país a su llegada el trono, una crisis que no era sino herencia de un largo siglo de decadencia. El modelo monetario de la dinastía Qing fue, al igual que el de las dinastías que le precedieron, el de los símbolos tong bao (moneda en circulación) en el anverso a derecha e izquierda, acompañado del título imperial arriba y abajo. La aportación Qing a la historia numismática china fue la inclusión del símbolo de la ceca en el reverso con caracteres chinos o manchúes. Durante el siglo XIX el coste de la producción de moneda llegó en ocasiones a ser mayor  que el de la cantidad de moneda emitida, lo que llevó al cierre de numerosas cecas, mientras que las que continuaron emitieron piezas por lo general pequeñas y de mala calidad. A finales de siglo tuvieron lugar intentos de introducir maquinaria occidental para la producción que moneda que sustituyera a las antiguas técnicas de fundido, pero ciertas dificultades técnicas como la dificultad de reproducir el agujero central cuadrado de forma correcta, unidas al excesivo coste que acarreaba el empleo de la nueva tecnología llevaron a las autoridades monetarias a abandonar la idea en muchos casos. Aún así, durante los años de cambio de siglo se pusieron en circulación piezas de cobre fabricadas mediante maquinaria de acuñación importada con nuevos diseños y sin el agujero central, que anunciaban el final de un modelo milenario.  

Las monedas Xuantong tong bao correspondientes al breve reinado de Pu Yi no son de las más abundantes  pero en ningún caso difíciles de encontrar, con la peculiaridad de que podemos descubrir piezas fabricadas a la antigua (es decir, a través del fundido en moldes) y mediante máquinas de acuñación. No fueron estrictamente las últimas monedas tipo cash, pues la nueva república utilizó este modelo de forma muy breve, pero sí las últimas emitidas en nombre de un emperador. Un emperador que tuvo varias oportunidades para reinar ninguna para gobernar. 



Cast Chinese Coins, A Historical Catalogue. David Hartill, published by Trafford, Victoria (BC) Canada, 2005
Moreno García, J. La China del siglo XX, Akal Historia del Mundo Contemporáneo, 1994
http://www.elmundo.es/magazine/m1/textos/emperador1.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Puyi



Comentarios

  1. Interesantísimo post,me siento identificado con todo lo que le sucedió a este emperador,usado por unos y otros,un reflejo histórico de la vida misma,gran post

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, me alegra que lo hayas encontrado interesante. Una cosa que se me olvidó mencionar es que resulta ciertamente milagroso que este hombre sobreviviera a todas las circunstancias históricas que le rodearon. Cualquier otro hombre en su lugar habría perdido la vida antes o después: revoluciones, señores de la guerra, invasiones extranjeras, guerras mundiales, un estado títere...Pu Yi es en este sentido un caso insólito de supervivencia. Recibe un cordial saludo,

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares