BILLETES PARA EL FIN DEL MUNDO
El título de esta entrada puede
resultar chocante, puesto que en un supuesto escenario apocalíptico la última
preocupación del atribulado ser humano sería el empleo (y mucho menos el
coleccionismo) de monedas y billetes. No obstante, la mente humana se
caracteriza por la creatividad, a veces sin un fin concreto, y el dinero ha
ofrecido desde hace tiempo un buen marco para plasmarla. La curiosidad que os presento hoy es un
buen ejemplo de esto que escribo.
Estos “soles de oro”, unidad
monetaria de un imaginario país llamado “Yucatania Maya” (aunque no olvidemos
que el sol se emplea oficialmente en Perú) conmemoran el 21 de Diciembre de
2012, fecha que muchos interpretaron como la que marcaba el fin del mundo según
las profecías mayas. Pese a que normalmente tendemos a desdeñar estas teorías
apocalípticas, es justo reconocer que nos influyen de diferentes formas: no hay
más que ver toda la iconografía, literatura, cine e incluso debates que
producen, quizá porque desde tiempo inmemorial el ser humano ha estado profundamente
preocupado por su propia existencia y su futuro. Quizá es el precio que debemos
pagar como seres racionales…
En mi caso, esta profecía del fin
del mundo me ha dado para interesarme un poco por la cultura e historia de los mayas.
Es una historia interesante sobre todo por el aura de misterio que le rodea. Los
pueblos y civilizaciones que habitaron Centroamérica y Méjico poseían
características comunes dentro de su gran diversidad: escritura glífica,
construcción de pirámides, un sistema político teocrático, la numeración
vigesimal o el establecimiento de dos calendarios (uno solar y otro basado en
los ciclos agrícolas) son rasgos culturales que unían a estos pueblos. No
obstante, los mayas seguramente dejaron la herencia cultural más rica y
sofisticada de todos.
La civilización maya floreció
entre los siglos III y VIII d.C. en la zona geográfica correspondiente al sur de
Méjico (especialmente la península del Yucatán) Belize y partes de la actual
Guatemala y se extinguió mucho antes de que los europeos pisaran suelo
americano por razones que aún no se conocen con certeza. Poseían un sistema de
escritura que se podría calificar de revolucionario, ya que combinaba símbolos
fonéticos con ideogramas, y solo en fechas recientes se ha podido descifrar. Su
sistema social estaba fuertemente estructurado y estratificado, con el rey en
la cúspide, secundado por una casta sacerdotal, seguida de la nobleza, los
guerreros, .los artesanos, los comerciantes, los campesinos y el pueblo. Fueron
grandes ingenieros, como atestiguan sus pirámides y carreteras así como
generadores de una vasta red comercial. Su calendario servía entre otras cosas
para interpretar los ciclos cósmicos: cada ciclo o bak’tun duraba 400 años y 13 ciclos completaban una era. Pese a que
no parece que el final de una era tuviera como consecuencia el fin del mundo,
sino más bien una transición hacia una nueva era, muchos interpretaron el 21 de
diciembre de 2012 (día que marcaba el final del decimotercer bak’tun maya) como el mismo fin de los
tiempos. Al final, como suele decirse, fue el tiempo el que puso cada uno en su
sitio, y el mundo sigue adelante.
En cualquier caso, no debemos
ponernos demasiado exigentes con un billete imaginario, y menos en unas fechas
como éstas. Con esta interesante curiosidad
me despido unos días y aprovecho para desearos, cómo no, una feliz Navidad y un
feliz año 2014. ¡Hasta pronto!
Steels,
E. Barbier, C. y Sellier, J. Mayas-Incas: Otro Mundo en El Atlas de las
Civilizaciones. Le Monde Diplomatique en español. Fundación Mondiplo, Valencia.
Magistral entrada! felicitaciones! abrazos desde Argentina!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Un verdadero placer saludarte,
Eliminarese es el calendario azteca, que hace en un billete maya?
ResponderEliminarBueno, se trata de un billete de fantasía, que no se caracterizan precisamente por su exactitud. Un saludo,
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