HOMENAJES NUMISMÁTICOS: CHINA
Mapa de los estados de China durante la era de los Reinos Combatientes, ss. V-III a.C. (Cast Chinese Coins, D. Hartill) |
Continuando con la línea que comencé en mi última entrada,
tengo el placer hoy de presentar varios tributos que China ha dedicado a sus
formas antiguas de dinero a través de
sus monedas y billetes. No es para menos, ya que como hemos visto en otras
ocasiones, China es una de las civilizaciones que puso en marcha la moneda en
un proceso paralelo y sorprendentemente coincidente al que se vivía en el mundo
mediterráneo, es decir, en el otro extremo del continente euroasiático.
Estos procesos, caracterizados por un desarrollo económico y
comercial que requería de unos medios de pago fiables y socialmente aceptados,
comenzó a finales del siglo VII y principios del VI a.C. en Lydia en Asia Menor.
Más o menos al mismo tiempo, en la llanura central de la cuenca del río
Amarillo, en una zona que aún controlaba la decadente dinastía Zhou y otros
estados como Jin, Zheng, Song y Wei y que podría considerarse como el centro
geográfico de la China de la Antigüedad, empezaban a circular las monedas con
forma de azada (bu布). Se trataría, es importante especificar, de la
parte metálica de la azada, es decir, la pala y el mango que iría unido a la
barra de madera. La elección de este objeto como medio de pago seguramente hay
que encontrarla en el lugar central que la agricultura ha ocupado siempre en la economía del mundo chino, con lo
que no es de extrañar que instrumentos de labranza como estos sirvieran para
efectuar transacciones económicas antes de la existencia de la moneda.
Las primeras monedas-azada tenían unas dimensiones considerables,
de alrededor de 9-10 cm de longitud y un peso de 25-35 g. Aún así, se podían
distinguir de las azadas reales por dos características relevantes. Una, que
eran emitidas por una autoridad, lo que se podía comprobar por sus inscripciones
normalmente correspondientes a ciudades pero también a cifras, bienes o títulos. Otra, que la aleación utilizada era
distinta a la de los instrumentos agrícolas: su composición era principalmente
de cobre (60 %) pero se completaba con
un 30 % de plomo y un 10 % de estaño, lo que hacía a estos objetos inviables
para la agricultura, al ser demasiado
frágiles para ese uso.
Con el tiempo, además de emitirse en mayor cantidad en los estados del centro de China y llegar a circular por otros estados vecinos, las
monedas-azada fueron perdiendo peso y tamaño y suavizando sus formas,
convirtiéndose en un dinero más fácil de transportar y por tanto de
intercambiar. A partir de los siglos IV-III a.C. comenzaron a emitirse en
algunos territorios monedas redondas con agujero central (redondo o cuadrado),
entre ellos el estado de Qin, que adoptó el modelo ban liang (半兩medio
liang). Este modelo sería el que finalmente se impondría a los demás a finales
del siglo III a.C., una vez que Qin consiguió anexionar a todos sus vecinos.
Moneda-azada del reverso (D. Hartill) |
Son precisamente monedas modernas de mediados del siglo XX
las que protagonizan la entrada de hoy. Esta serie que podéis ver aquí fue emitida después de 1936, un momento especialmente delicado porque, a
diferencia de lo que pasó en la mayor parte del mundo, la República de China (en
chino Zhōnghuá Mínguó 中華民國) ya
había entrado en guerra con una de las potencias del Eje, el imperio japonés.
Muestran en su anverso a Sun Yat Sen, fundador del Kuomintang o Partido
Nacionalista y el año en numerales
chinos desde la fundación de la República: 二十五5
(año 25, 1936), 三十(año 30, 1941) y 三十一(año 31, 1942). El
reverso muestra, y aquí está lo que nos interesa, además del valor facial
(medio dólar, 20, 10 y 5 cts.) una imagen de una de esas monedas-azada a las
que antes aludíamos. Lógicamente, no pude resistir la tentación de buscar esta
pieza en los catálogos a mi disposición y afortunadamente la pude encontrar. Según
Cast Chinese Coins de D. Hartill se
trataría de una pieza del estado de Han, emitida entre 350 y 250 a.C. que refleja
los caracteres qí 齊 a derecha y bèi 貝 a izquierda. Bèi, es necesario puntualizar, significa concha o caparazón, y es un carácter muy recurrente en el dinero de la China de la Antigüedad debido al uso de cauríes para este fin. Formaría parte por tanto de las
últimas y más abundantes denominaciones de menor peso y tamaño, aproximadamente
5-6 g. y 4-5 cm.
Billete del Banco Central de China de 1 yuan de 1936, decorado con monedas-azada en los márgenes |
Moneda del billete de 1936 (D. Hartill) |
Logo del Banco de Taiwán |
No cabe duda que las formas de dinero antiguas de China,
tanto sus azadas como sus cuchillos, cauríes, o las célebres monedas cash han dejado una profunda
huella en la cultura y el imaginario colectivo de aquel país. De hecho, aún hoy
podemos ver esa huella en Taiwán, sucesor de la malograda República de China,
más concretamente en el logotipo de su Banco Central. Sería un claro ejemplo del
célebre dicho inglés old traditions die
hard.
Les Monnaies de la Chine Ancienne, F. Thierry, Les Belles
Lettres, Paris 2017
Cast Chinese Coins, A Historical Catalogue, D. Hartill, Trafford 2005
Hola,muy curioso este post de las monedas azada,me han parecido muy curioso que apareciesen tanto tiempo después en billetes y monedas un cordial saludo José Ramón
ResponderEliminarHola Adolfo. Se trata de algo muy presente en el imaginario colectivo chino, pues fueron formas de moneda utilizadas durante siglos, incluso retomadas brevemente cuando finalmente se impusieron las monedas cash. Un saludo,
ResponderEliminarComo diferenciar las falsificacines modernas de las autenticas antiguas? Ya que ambas son fundidas, creo que es imoisible diferenciarlas porque no podemos saber si ese estilo del molde es antiguo o moderno
ResponderEliminarEs sin duda un tema que preocupa a muchos coleccionistas ahora que la moneda oriental se está popularizando. Efectivamente, es más fácil hacer buenas imitaciones de moneda china antigua que occidental, de hecho desde la década de 1980 han surgido muchas falsificaciones de gran calidad, imitando incluso patinas y composición metálica de las diferentes épocas. Mi opinión es que hay que ser cuidadosos si vamos a adquirir piezas orientales de cierto valor, estudiando antes las piezas y quién nos las vende. Las baratas no suelen ser un problema ya que dada su abundancia y bajo precio no son material atractivo para la falsificación. Un saludo
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