MONEDAS INDIAS DE LA ANTIGÜEDAD (IV)
Extensión máxima del Imperio Satavahana (fuente: wikipedia). El reino chutu se situaba en su parte sudoccidental |
La numismática cobra por tanto una relevancia mayor cuanto menos se sabe acerca de las sociedades en las que circuló la moneda. Esto es especialmente cierto en el caso de la India de la Antigüedad, en la que lo legendario tiende a fundirse con lo real de forma a veces inevitable. Hay casos, como el de hoy, en los que una gran parte de lo que se conoce de un reino o imperio es gracias a la información que contienen las monedas que han llegado a nuestros días. Parece bastante aceptado que la moneda se introdujo en el subcontinente Indio alrededor del siglo V a.C. de la mano de los persas aqueménidas, que emitieron piezas de plata imitativas de las primeras monedas griegas, con marcas perforadas de animales o diseños geométricos en las dos caras. Este estilo de acuñación, consistente en cospeles de plata (conocidos como karshapanas) a los que se aplicaban perforaciones con diferentes símbolos, se fue expandiendo hacia el sur, llegando a su plenitud en la época del Imperio Maurya a partir de c. 320 a.C., el primero en unificar todo el subcontinente.
Anverso de karshapana de plomo del reino Chutu (c. 100 d.C.) Presenta una colina arqueada en el centro rodeada de la leyenda en brahmi referente al rey Mulananda |
Tras descomponerse Maurya en el siglo II a.C. los Satavahanas o Andhras (que dan nombre al actual estado de Andhra Pradesh) tomaron el testigo como el reino más influyente en la llanura del Deccan y el sur de la India. Sin duda se trató de un reino organizado, con una sólida estructura administrativa y una sociedad cohesionada a través de un sistema de castas, y próspero en lo económico: no solo destacó por su boyante agricultura, sino también por la producción de cerámica y metales así como por el comercio exterior, aprovechando sus conexiones marítimas del Golfo de Bengala y el Mar Arábigo. La prueba de esta prosperidad se encuentra en su prolífica producción de moneda: en sus más de 200 años de existencia emitieron una ingente variedad de piezas, tanto en lo referente a materiales (plata, cobre, bronce y plomo) como en cuanto a diseños, incluyendo tanto símbolos hinduistas como representaciones humanas, animales, elementos de la naturaleza o incluso los bustos de los gobernantes, rasgo sin duda importado de occidente. En muchos casos se incluían leyendas en escritura brahmi en idioma prácrito, aunque también en lenguas de la zona como el tamil o telugu.
Reverso de la moneda con el árbol sobre celosía rodeado de símbolos hinduistas. Se pueden apreciar a la derecha un arco y flecha y debajo la srivatsa |
La relevancia de la numismática como prueba historiográfica, sin embargo, queda acreditada aún más con el ejemplo de la moneda de hoy. Alrededor del siglo II de nuestra era le tocó al imperio de los Andhras desintegrarse en diferentes entidades. Una de ellas fue el reino de los Chutus, de los que se sabe muy poco y seguramente sin las monedas que han llegado a nuestros días se sabría aún menos. Muy posiblemente vasallos de los Satavahanas, se asentaron y consolidaron en una región del suroeste de este territorio (en el actual estado de Karnataka) alrededor de la ciudad de Banavasi entre los siglos II y IV d.C.
Como no podía ser de otra manera, los Chutus fueron continuadores del legado satavahana, como demuestran sus karshapanas. Acuñadas en plomo, con un diámetro de 27 mm y un peso de 14,75 g, reflejan símbolos propios del hinduismo y de la tradición numismática del sur del subcontinente, tal y como podemos apreciar en las imágenes. El anverso muestra una colina arqueada rodeada de la leyenda referente al nombre del rey en brahmi, Mulananda, cuyo reinado se calcula tuvo lugar en una época comprendida entre los años 78 y 175 d.C. El reverso refleja de forma prominente un árbol sobre celosía compartimentada (a veces en cuatro, otras en ocho o, como el caso de hoy, en doce partes) rodeado de diferentes símbolos hinduistas, típicamente esvásticas, nandipadas (de tipo taurino), srivatsas (flor de lis), o un arco con flecha. Estos dos últimos los podemos apreciar a la derecha del árbol en la imagen de arriba.
Ejemplo de karshapana de Mulananda en Early World Coins de R. Tye, donde se puede apreciar mejor el diseño |
Gracias a estas monedas se puede establecer una cronología fiable de acuerdo con los tres tipos que se conocen según la leyenda del anverso: Chutukulananda (30 a.C. - 70 d.C.), Mulananda (78 - 175 d.C.) y Sivananda (175 d.C. - 280 d.C.) nombres de reyes que se usan como referencia, aunque sin duda tuvieron que haber muchos más durante esos largos periodos. Emitieron además divisores de la karshapana también en plomo, sin leyendas y con menos simbología, lo cual prueba el dinamismo de su economía, al igual que la de sus predecesores.
El reino de los chutus desapareció a mediados del siglo IV tras alrededor de dos siglos de duración. Sus monedas han resultado imprescindibles para conocerlo mejor, todo un testimonio mudo no solo sobre la riqueza numismática del sur de India sino también sobre su compleja historia. Algo que a buen seguro constituirá un reto para cualquier estudioso de la numismática.
Sobre los reinos Satavahana y Chutu:
muy interesante entrada de principio a fin,la numismática en la India de aquella época es siempre apasionante de leer, excelentes apuntes históricos como siempre un cordial saludo José Ramón
ResponderEliminar¡muchas gracias! El día en que me ponga a estudiar en detalle la numismática india me voy a volver loco, porque es algo muy difícil (por no decir imposible) de completar. Eso si, apasionante a más no poder ;) un saludo
Eliminar