MONEDAS CASH DE LOS MING (II)
Moneda chong zhen tong bao del último emperador Ming (1628-1644) |
Pese a
encontrarse en una situación de decadencia generalizada, China experimentó una
cierta recuperación a finales del siglo XVI. Durante el reinado del emperador
Wanli (1573-1619) su ministro Zhang Juzhong adoptó una serie de reformas
encaminadas a recuperar el terreno perdido tratando de controlar los niveles de
corrupción en la administración y realizando un nuevo censo de tierras
tributables para incrementar los ingresos del estado. Al mismo tiempo, mejoró
la navegación por el Gran Canal regulando los cursos de los ríos Huai y
Amarillo y manteniendo sus diques de
forma eficaz. No obstante, tras su muerte en 1582 los eunucos volvieron a
controlar los resortes del poder y estas reformas cayeron en el olvido.
Un ejército cada
vez menos eficaz y en manos de mercenarios tuvo la responsabilidad de ocuparse
de varios conflictos externos e internos en las últimas décadas de la dinastía.
Dentro del país los Ming tuvieron que hacer frente a finales del siglo XVI a la
secesión de la región de Ningxia en el curso superior del río Amarillo y a una
rebelión organizada en Guizhou por las minorías étnicas de la zona. En el
exterior, cabe destacar los enfrentamientos con los japoneses a propósito de la
invasión de éstos de la península de Corea. Todos estos enfrentamientos se
saldaron a favor de China, pero a un coste muy elevado. Las únicas medidas que
implementó la dinastía para compensar el déficit creado consistieron en el
aumento de la presión fiscal sobre el campesinado, ya de por sí elevada, y el
incremento en las tasas comerciales, que provocó la inmediata protesta de las
empresas artesanales. El descontento social era tangible durante las primeras
décadas del siglo XVII, y a partir de 1627 se sucedieron una serie de
insurrecciones que terminarían con la dinastía en 1644, todo ello mientras los
manchúes, sucesores de las tribus jürchen que fundaron la dinastía Jin en el norte de China durante el siglo XII,
iban tomando posiciones a la espera de su definitiva caída.
En efecto, la
rebelión en la provincia de Shaanxi de 1627 por parte de las tropas imperiales, a las que
se debían innumerables atrasos y no llegaba avituallamiento, prendió la mecha
de las insurrecciones por todo el país organizadas por sectores del ejército
así como por diversos grupos afectados por la crisis económica y una deficiente administración, muy notablemente el campesinado. Pocos años más tarde, varias
provincias se liberaron del control de Beijing y dos líderes (Li Zicheng y
Zhang Xianzhong) se repartieron el control del norte y el sur de la zona rebelde
respectivamente.
Moneda emitida por el rebelde
Sun Kewang, sucesor de Zhang Xianzhong (1648-1657).
El reverso muestra un valor
de 5 li de plata, es decir, unos 0,2 grs. de este metal
(Early World Coins, R.
Tye)
|
En 1644 Li
Zicheng entró en Beijing mientras el último emperador Ming Chongzen se quitaba
la vida. Aprovechando la confusión el general Wu Sangui al mando de las tropas
del norte se alió con los manchúes para hacerse a su vez con el trono imperial
y deshacerse de Li Zicheng, que huyó hacia el sur hasta ser capturado y muerto
al año siguiente. Zhang Xianzhong, por su parte, murió en combate contra las
tropas manchúes en 1646. Wu Sangui no consiguió su propósito de convertirse en
emperador, aunque los nuevos señores de China le recompensaron con el gobierno
de la provincia de Yunnan al sur del país, donde gobernó en muchos aspectos
como un soberano independiente durante las siguientes décadas. Los focos de rebelión, capitaneados por nobles cercanos a la moribunda dinastía Ming, persistirían durante
algún tiempo, pero los manchúes no tardarían en hacerse con el control total
de todo el territorio chino.
Durante la era
Wanli se retomó la emisión a gran escala de piezas de cobre, tratando de
devolver a ésta una cierta continuidad. Sin embargo, esta emisión tuvo que
enfrentarse a numerosos problemas desde el comienzo, como el alto precio del
metal, la falta de trabajadores cualificados y las deficiencias en la
distribución de moneda. Poco después del reinado del emperador Wanli se llevó a cabo un intento
por emitir monedas por valor de 10 cash, aunque la idea fue abandonada al poco
tiempo cuando las nuevas piezas vieron su peso sensiblemente disminuido. El
asunto de la calidad en las emisiones Ming siempre fue una preocupación para
las autoridades monetarias. Para hacernos una idea, a principios del siglo XVII
la ceca de Nanjing dividía sus emisiones en cuatro categorías dependiendo de su
calidad. Así, las de mayor calidad eran las yang
qian o “moneda del norte”, con el peso que les correspondían de 1 qian (alrededor de 3,5 grs.) y
utilizadas para el pago del señoreaje en
Beijing; en el escalón siguiente nos encontramos con las feng qian, de un peso algo inferior y
utilizadas para el pago de salarios oficiales; tras éstas, una moneda de
tercera categoría destinada a la circulación general; y finalmente las shang qian, de poco peso, mala calidad y
gran fragilidad, no muy distintas a las piezas de emisión privada que habían proliferado
durante gran parte de la dinastía.
La
generalización de monedas de mala calidad así como de emisiones privadas a
finales de la dinastía contribuyeron al desprestigio de la moneda de cobre,
parejo al del propio poder imperial. Para completar este caótico escenario,
debemos añadir las emisiones locales que los rebeldes Li Zicheng y Zhang
Xianzhong y sus sucesores pusieron en marcha en los territorios bajo su
control. Igualmente, miembros de la
familia imperial que trataron de hacer efectivos sus derechos al trono
emitieron monedas durante periodos más o menos breves de tiempo, como los
príncipes Lu (entre 1644 y 1646), Fu (entre 1644 y 1645) y Yongming (entre 1646
y 1659). Muchas de estas monedas, no obstante, presentan una interesante
peculiaridad: en sus reversos puede apreciarse su valor en plata (normalmente
ínfimo), sin duda una manera de devolver cierto prestigio al circulante de cobre y garantizar a los particulares una conversión a la plata libre de abusos y arbitrariedades.
Monedas emitidas en las zonas controladas por Wu Sangui (izda. y centro) entre 1674 y 1678 y su sucesor Wu Shifan (dcha:) entre 1679 y 1681 |
Décadas después
de estos acontecimientos y una vez asentado el poder de los manchúes bajo la dinastía Qing, una
rebelión por parte de varios antiguos generales Ming (Wu Sangui el más notable
de ellos) que habían sido relevados de sus responsabilidades de gobierno
desestabilizó a la nueva dinastía durante el periodo comprendido entre 1673 y
1681. Los rebeldes emitieron su propia moneda de cobre, basada por lo general en el
modelo final Ming, con valores de 1, 5 y 10 cash incluyendo en muchos casos la
cantidad de plata equivalente en el reverso. Se tratan pues de ejemplos póstumos de la moneda
de una dinastía que, pese a su convulso final, marcó una época en muchos
sentidos incomparable.
Cast Chinese Coins, A Historical
Catalogue. David Hartill, published by Trafford, Victoria (BC) Canada, 2005
Early World Coins & Early Weight
Standards, by Robert Tye, published by Early World Coins, York 2009
Gernet, J. El
Mundo Chino. Editorial Crítica, Barcelona 1991
Ceinos, P.
Historia Breve de China, Sílex Ediciones S.L. Madrid, 2006
Martínez Shaw,
C. Historia de Asia en la Edad Moderna, Arco Libros S.L. Madrid, 1996
Comentarios
Publicar un comentario