LAS MONEDAS COPA BIZANTINAS
Hoy regresamos a la Edad
Media a través de una de sus monedas más representativas, emitida
por el estado heredero del Imperio Romano durante un milenio:
Bizancio, o, como sus propios habitantes preferían definirlo,
Imperio Romano de Oriente. Ésta última definición resulta en mi
opinión más correcta, pues esta parte de la Antigua Roma no sufrió
las invasiones y la desintegración que caracterizaron a todo el
occidente europeo durante el siglo V, consiguiendo mantener intactas
su independencia e integridad.
Anverso (arriba) y reverso (abajo) de aspron trachy de vellón de Andrónico I (1183-85). Mide 29 mm. y pesa 4,1 grs. |
A veces podemos tener la
impresión de que el Imperio Bizantino (llamémoslo así por ser la
denominación más extendida) no fue más que una triste sombra de su
antecesor romano, una entidad en constante decadencia y conflicto
interno, que no hizo más que librar estériles luchas por sobrevivir
frente al empuje de sus vecinos. Pero esta es una imagen bastante
distorsionada. Bizancio conoció durante 1000 años periodos de
esplendor y crisis, como cualquier entidad jurídico-política de
peso. De hecho, por lo general los periodos de esplendor en Bizancio
coincidían con los de crisis en el occidente europeo y viceversa. El
siglo XI, momento en que occidente comienza a despuntar de nuevo,
presenció el inicio de la decadencia de Bizancio, cada vez más
amenazado no solo por los turcos en el este sino también por
emergentes potencias occidentales, como el Sacro Imperio
Romano-Germánico. A mediados de este siglo tuvo lugar un hecho que
tendría gran relevancia en acontecimientos posteriores: el cisma
definitivo entre las iglesias católica y ortodoxa, tras un largo
tiempo de desavenencias. A partir de este momento los cruzados, en su
lucha contra el Islam, considerarían a Bizancio (potencia cristiana
constantemente amenazada por los musulmanes) más un rival que un
aliado natural. Al mismo tiempo, estados pujantes como Venecia
comenzarían a rivalizar seriamente en el comercio marítimo con
Constantinopla, amenazando la hegemonía que había conseguido en
este terreno durante los siglos anteriores.
La numismática
bizantina constituye en sí un verdadero desafío para los
estudiosos. Como podemos imaginar, 1000 años de emisiones casi
continuas ofrecen una variedad y complejidad inigualables. Durante el
siglo XI, época en la que nos centramos hoy, tuvieron lugar dos
hechos fundamentales para la moneda bizantina: por un lado, las
sucesivas devaluaciones que anularon prácticamente el contenido de
metal precioso en las emisiones; por otro, el cambio en la forma de
acuñación que modificó físicamente la forma de las monedas,
pasando de ser compactas a presentar una forma aplanada y abombada.
Era el inicio de las monedas conocidas como escifuladas
(en inglés scyphate
o cup coins,
es decir, monedas-copa),
rasgo común en las emisiones bizantinas hasta el siglo XIV. Esta
curiosa forma se debía al proceso de acuñación adoptado, para el
cual se utilizaban dos troqueles, uno cóncavo y otro convexo, éste
último de menor radio que el anterior. Las razones por las que se
escogió esta técnica no están muy claras, pero sin duda trajo
consigo numerosos problemas en el acabado de las monedas, ya que si
bien se conseguía por lo general una imagen central nítida en el
reverso (considerado por lo general en la parte cóncava), los bordes
y el anverso (parte convexa de la moneda) resultaban más difusos.
Para saber más acerca de la acuñación de cup
coins, os recomiendo este enlace:
http://www.imperio-numismatico.com/t2834-la-tecnica-de-acunacion-de-los-trachy-bizantinos
Anverso de Aspron trachy de vellón (módulo pequeño) de la época de dominación latina (1204-1261) |
Las sucesivas
devaluaciones de la moneda bizantina llevaron al emperador Alejo I
(1081-1118) de la dinastía Comnenus a promover la reforma monetaria
que permanecería vigente hasta el colapso del Imperio en 1204.
Mediante este sistema se consagraba el hyperpyron
como la unidad de oro, seguida por el aspron
trachy de electro (1/3 de hyperpyron),
seguido a su vez del aspron trachy
de vellón, que equivalía a 1/16 de aspron
trachy de electro o 1/48 de hyperpyron.
Existía además una pequeña unidad de cobre conocida como
tetarteron
de menor valor aunque no se conoce exactamente su encaje en este
sistema. No obstante, las devaluaciones continuaron durante el siglo
siguiente, reduciendo considerablemente el valor tanto del aspron
trachy de electro como del de vellón,
que pasó de contener alrededor de un 7 % de plata a una cantidad
insignificante. Según D. Sear, esta moneda fue reduciéndose en
valor hasta equivaler solamente a 1/184 de hyperpyron
hacia el final del siglo XII.
Reverso de aspron trachy (módulo pequeño) del siglo XIII. Mide 23 mm. y pesa 1.23grs. |
Las monedas que
presento corresponden a este momento. Una de ellas es un aspron
trachy de vellón (aunque su contenido
de plata debe ser ínfimo) correspondiente al emperador Andrónico I
Comnenus (1183-1185) cuyo corto reinado encontró un trágico y
violento final en manos de la multitud en Constantinopla. Su anverso
(parte convexa) representa a la Virgen nimbada de pie llevando palio
y maforion de indumentaria con las iniciales MP a un lado y ΘV
al otro. El reverso (parte cóncava)
contiene una representación del emperador coronado por Jesucristo,
con la leyenda en griego “ANΔPONIKOC
ΔЄCΠOTHC”.
La otra moneda es una acuñación bastante más difusa, que
representa en su anverso a la Virgen entronizada y en el reverso al
emperador. Es de bastante menor peso y tamaño, lo que me hace pensar
que se trata de un aspron trachy acuñado
durante la época en que Constantinopla fue gobernada por los
“emperadores latinos” occidentales, es decir, entre los años
1204 y 1261. Pese a los problemas que presenta este tipo de acuñación
las cup coins
han legado un fascinante diseño religioso con sus diferentes
representaciones de la Virgen, Jesucristo y los santos, síntesis de
la espiritualidad ortodoxa y prueba de la derrota de la corriente
iconoclasta que consiguió que las representaciones religiosas fueran
prohibidas en Bizancio durante parte de la Edad Media.
Los ejércitos de la
cuarta cruzada tomaron y saquearon Constantinopla en 1204, lo que
supuso el colapso y desintegración del imperio. Pese a que la
dinastía Paleologa consiguió tomar el poder en 1261 y reunificar lo
poco que quedaba del antiguo Imperio Romano de Oriente, sus
gobernantes no pudieron más que centrar sus esfuerzos en sobrevivir
dos siglos más hasta 1453, momento en el que Constantinopla fue
tomada por los turcos tras unos terribles meses de asedio sin que los
occidentales, que tanto habían hecho para debilitar este imperio,
movilizaran sus recursos para evitarlo.
Byzantine
Coins and Their Values,
by David R. Sear, second edition, revised and enlarged, Spink 2006
pp. 17, 28-29, 400-401
Early
World Coins & Early Weight Standards, by
Robert Tye, published by Early World Coins, York 2009 p. 91
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