EL DÓLAR Y SU SIMBOLOGÍA
Desde el final de la
II Guerra Mundial, momento en que Estados
Unidos pasa a convertirse en una superpotencia económica y militar, el dólar ha
sido el referente monetario mundial por excelencia. En algunos lugares no solo
convive con la moneda nacional sino que incluso la ha llegado a suplantar, al
ser considerado por su población como un valor seguro. No es sorprendente que
cause fascinación en los que nos consideramos aficionados a la numismática. De
hecho, mis entradas más visitadas (y espero que también leídas) han sido las
referentes a la moneda norteamericana.
Anverso y reverso de 1 dólar actual |
Muchas veces me he parado a
observar el reverso del billete de 1 dólar y no he podido evitar preguntarme
acerca de su curiosa simbología. Este reverso muestra las dos caras del llamado
Gran Sello de los Estados Unidos y, si bien la alusión al águila puede resultarnos
familiar (desde la Edad Antigua ,
numerosos reinos, estados y países se han identificado de diferentes formas con
esta ave) la misteriosa pirámide que aparece a la izquierda resulta menos
conocida.
Cuando nos ponemos a analizar el simbolismo que contiene el Gran Sello, nos damos cuenta de que está lleno de mensajes para el futuro. Se concibió durante
Y es que de la Revolución Americana
surgió un documento trascendental, la constitución, que actúa a modo de
contrato entre el pueblo y el poder político. El pueblo se convierte así en
soberano, por lo que las decisiones de los gobernantes se someterán al
escrutinio popular, modelo que fue posteriormente adoptado por todos aquellos
países que han abrazado la democracia (salvo el caso particular de Gran
Bretaña, que ha abrazado la democracia sin necesidad de dotarse de una
constitución).
Anverso del Gran Sello de los Estados Unidos |
Estados Unidos necesitó desde el
primer momento adoptar un emblema que plasmara este espíritu de cambio. Tras
varios años de deliberaciones finalmente se aprobó en 1782 la propuesta de Charles
Thomson, secretario del Congreso Continental de 1776 que aprobó la Declaración de
Independencia. El anverso de este emblema muestra un águila con las alas
extendidas en actitud de vuelo, una clara alusión a la libertad. Su pata
derecha sostiene una rama de olivo de 13 hojas (alusión a la paz) mientras que
su pata izquierda sostiene un haz de 13 flechas (alusión al uso de la fuerza).
El matiz es aquí importante, puesto que sostener las flechas con la pata
derecha (como aparecía en los primeros diseños) podía interpretarse como un
signo de hostilidad por otros países. En el centro sobre el águila aparece el
escudo que daría lugar a la célebre bandera de las barras y estrellas. Aunque
en el billete no se aprecien los colores, el escudo contiene en su parte
superior una banda horizontal azul y 13 barras verticales rojas y blancas en la
parte inferior. El color azul representa la justicia y la perseverancia, el
rojo el valor y el esfuerzo y el blanco la pureza. Por encima del águila, vemos
primero la leyenda en latín E PLURIBUS UNUM (de muchos, uno) y una pequeña
constelación de 13 estrellas. Es evidente que el número 13, alusivo a las 13
colonias originales en cuya independencia se fundaron los Estados Unidos de
América, es omnipresente.
El reverso, por su parte, muestra
una pirámide (símbolo de fuerza y perdurabilidad) de 13 escalones con el número
1776 en latín en su base. Esta pirámide está sin terminar, lo que da a entender
que su culminación será obra de generaciones futuras. Aún así, un ojo que
simboliza al Creador “completa” esta pirámide, lo que nos recuerda
inevitablemente al “con la ayuda de de Dios”, frase frecuentemente utilizada en
momentos solemnes. Por encima del ojo vemos la leyenda latina ANNUIT COEPTIS
que viene a significar “nuestra empresa exitosa”, y por debajo tenemos otra
leyenda, NOVUS ORDO SECLORUM, es decir, “nuevo orden de los tiempos”. Si bien
el anverso del sello hacía referencia al presente de los Estados Unidos, el
reverso aludía claramente al futuro.
Reverso del Gran Sello |
Se ha hablado mucho acerca de las
referencias masónicas que aparecen en este sello. No es algo sorprendente, dado
que varios de los padres fundadores de los Estados Unidos como George
Washington o Benjamin Franklin eran masones. Las alusiones a la construcción, presentes
en la simbología masónica, así como la inclusión del “ojo que todo lo ve” como
forma de plasmar la idea de Ser Supremo o Creador conectan claramente con la
masonería. Además, no hay que olvidar que el diseño actual del billete de dólar
fue introducido durante la administración Roosevelt en la década de 1930, un presidente
que formaba parte de esta institución.
Lo que ocurre en estos casos es
que la tendencia del ser humano a exagerar, unida al aura de secretismo que
envuelve a la masonería, hace que surjan innumerables teorías conspirativas sobre
el billete de 1 dólar repletas de sociedades más o menos secretas, símbolos y
mensajes ocultos y demás elementos esotéricos en los que prefiero no
adentrarme. En lo que concierne al sello que adorna uno de los billetes más
reconocidos del mundo, prefiero quedarme con la idea principal de los padres
fundadores de los Estados Unidos: que la emancipación no concernía solo a los
norteamericanos sino a toda la humanidad, y que era algo por lo que merecía la
pena luchar.
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