OTRO HOMENAJE A UCRANIA
Uno de los primeros billetes de la Ucrania
independiente con la imagen de Berehynia,
espíritu femenino de la mitología eslava
Dentro de mi sección de "homenajes numismáticos", monedas o billetes que homenajean la historia numismática o notafílica de los países emisores, no me he repetido jamás, es decir, nunca he dedicado más de una entrada a un mismo país, pero hoy quiero hacer la excepción porque creo que la ocasión lo merece.
La reciente, loca y heroica a partes iguales, incursión de Ucrania en la región de Kursk dentro de la guerra de liberación que libra sobre su invasor, me ha hecho recordar que las fronteras de Ucrania han variado de forma significativa durante su primer siglo de existencia. Gracias al blog de Olga Tarnovska, lingüista e intérprete ucraniana que muy a su pesar ha decidido que el mundo de habla hispana sea testigo de la barbarie rusa, podemos enterarnos de que para los habitantes de las zonas ocupadas de Kursk la presencia ucraniana no es algo nuevo. Hace un siglo esta región no era vecina sino parte integrante de la Ucrania independizada. Hagamos un pequeño repaso de cómo surgió Ucrania como nación independiente y de sus problemas a la hora de establecer algo tan elemental para un estado como son sus fronteras.
El karbovanets ucraniano de los 90: inflación, caracterizado por la inflación y los homenajes al Rus de Kiev |
Ucrania nació como consecuencia de una "paz falsa", la del tratado de Brest-Litovsk. Escribo "falsa" porque dicho tratado supuso una victoria parcial de los imperios centrales (Alemania y Austria-Hungría) sobre los aliados en la Primera Guerra Mundial, que terminó con la derrota de los primeros, y porque (como consecuencia de lo anterior) quedó anulado por el armisticio de Noviembre de 1918 tras solo ocho meses de vigencia. En el fondo, lo que pretendían los alemanes era neutralizar la amenaza rusa despojándole de su parte más occidental (con lo que ello suponía en términos demográficos y económicos) y constituyendo estados-tapón bajo la órbita del Kaiser.
Este fue el caso de Ucrania, semi-independiente de Rusia desde la Revolución de Febrero de 1917. Se trataba de la culminación de un movimiento nacionalista que llevaba tiempo formándose, y encontraba su inspiración en un pasado realmente apasionante. Es comúnmente aceptado que el primer antecedente de una Ucrania independiente fue el Rus de Kiev, un principado que surgió como resultado de la unión de diferentes poblaciones eslavas, bálticas y finesas del este y norte de Europa en el siglo IX bajo el dominio de la dinastía rúrica. Se estableció y floreció en torno a las rutas comerciales que unían el norte de Europa con Constantinopla. Como muchos reinos medievales, no pudo resistir el empuje de los mongoles a mediados del siglo XIII, lo que llevó a su desaparición como entidad independiente, quedando bajo el dominio del Reino de Polonia y el Ducado de Lituania durante los siglos siguientes.
Billetes recientes que homenajean al Hetmanato cosaco del siglo XVII: Bogdan Jmelnitski (arriba) e Iván Mazepa (abajo) |
Poco a poco los cosacos fueron haciéndose con el control del territorio que hoy ocupa Ucrania. El término "cosaco", de origen túrquico, significa "nómada" u "hombre libre", y daba una idea de lo que este pueblo representaba. De origen eslavo y religión ortodoxa, se trataba de comunidades caracterizadas por su destreza militar y su organización autónoma y, curiosamente, democrática y participativa, algo muy poco (por no decir nada) corriente en la época. En un principio los cosacos fueron aliados de Polonia frente a los turcos, pero no tardarían en enemistarse debido a sus diferencias religiosas y políticas. Las tensiones estallaron en 1648, año en que los cosacos se rebelaron contra la Mancomunidad Polaco-Lituana y constituyeron el Hetmanato en Kiev. Este nuevo estado, sin embargo, no gozó de una larga vida ya que, a su evidente precariedad había que sumar el deseo de control por parte de las grandes potencias de la zona. De esta forma, su fundador, Bogdan Jmelnitski, tuvo que solicitar la alianza con el Zarato ruso. Los conflictos por Ucrania solo terminaron en 1686 con el Tratado de Paz Perpetua entre Polonia y Rusia, repartiéndose las tierras del Hetmanato de forma favorable para esta última. De esta forma, Ucrania quedaría dividida en los sucesivo entre las potencias que se disputaban el control del este de Europa.
Así llegarían a la Primera Guerra Mundial, conflicto en el que los ucranianos lucharon en bandos distintos: Rusia y Austria-Hungría. Los continuos reveses militares de la primera, unidos a un creciente descontento que venía gestándose durante décadas, llevaron a la Revolución de Febrero de 1917 y la abdicación de la dinastía Romanov. Durante ese momento de confusión las aspiraciones ucranianas de autogobierno se materializaron en la constitución de la Rada Central, organización variopinta que tuvo la aprobación inicial por parte del gobierno provisional de Petrogrado para la puesta en marcha de una autonomía ucraniana. Si las relaciones con este gobierno fueron por lo general difíciles, no mejoraron cuando los bolcheviques de Lenin llegaron al poder en Octubre ya que estos, si bien habían apoyado inicialmente el movimiento ucraniano como elemento desestabilizador, ahora pretendían controlarlo.
Billete de 20 grivna con el escritor de finales del siglo XIX Iván Frankó |
En Enero de 1918 la Rada proclamó la República Popular Ucraniana (RPU). Poco después, con los bolcheviques instalados en Moscú, se firmó el mencionado tratado de Brest-Litovsk, mediante el cual Rusia renunciaba a prácticamente todos sus dominios occidentales: Finlandia, Polonia, Estonia, Curlandia, Livonia (territorios del Báltico entre Estonia y Letonia) Lituania, Besarabia (hoy día Moldavia) y Ucrania. A partir de aquí las injerencias alemanas se hicieron más evidentes y, con la excusa de la expulsión de los bolcheviques de la recién independizada Ucrania, instalaron un nuevo hetmanato en Kiev, que resultó no ser más que un gobierno títere. Como tal, se vino abajo junto con su patrocinador en Noviembre de 1918 tras la firma del armisticio que puso fin a la (entonces llamada) Gran Guerra.
Pero este fin solo llegó a Europa occidental; en la parte oriental los problemas se multiplicaron, prolongándose los conflictos locales durante tres años más. Lo que en un inicio iban a ser una serie de estados-títere de los imperios centrales (algunos incluso gobernados por príncipes alemanes) se convirtieron en incipientes repúblicas independientes con unas fronteras por delimitar. En otras palabras, un polvorín que solo necesitaba de una chispa para que todo estallara por los aires.
A principios de 1919 esta chispa saltó a propósito de la llamada "Ucrania occidental", territorio del sureste del nuevo estado polaco que, tras expresar su interés en unirse a la RPU condujo a un inevitable conflicto entre los dos países. Sin embargo, no fue un conflicto duradero: la continua amenaza de la Rusia bolchevique sobre Ucrania, victoriosa en su guerra civil y decidida a compensar sus pérdidas territoriales de 1918, hizo que la RPU y Polonia se aliaran frente al enemigo común de ambas. Eso si, esta alianza significaba la renuncia de la RPU a la reclamación de Ucrania occidental.
Así, durante el año 1920 y tras una contienda nivelada (los polacos llegaron a entrar en Kiev pero tuvieron que retroceder hacia sus fronteras ante la contraofensiva rusa) se firmó la Paz de Riga en 1921, mediante la cual rusos y polacos se repartieron los territorios de Europa oriental en disputa a expensas de Bielorrusia y Ucrania, sin duda la gran perdedora en todo este conflicto. A finales de 1921 el Ejército Rojo terminó con los últimos focos ucranianos de resistencia y un año después, la nueva República Socialista Soviética de Ucrania pasó a ser una de las entidades fundadoras de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Tendrían que pasar casi siete décadas para que Ucrania pudiera alcanzar de nuevo la independencia.
En la entrada de hoy he compartido unos cuantos billetes de su más reciente etapa como estado independiente, en los que se hace referencia expresa a su historia y su cultura. No obstante, me gustaría resaltar especialmente uno de 2017, conmemorativo del centenario del primer billete emitido por la RPU. Se trata de 100 grivna en el que aparece impreso el billete de 100 karbobanets de 1917.
Con su diseño un tanto sobrecargado propio de la notafilia de la época, este billete recoge información muy interesante. En el anverso, en ucraniano, aparece el ya universal emblema del tridente o Tryzub (que podría tratarse de una representación de la Santísima Trinidad o un halcón volando hacia abajo en posición de caza, existen diferentes interpretaciones al respecto) en el centro con la indicación, debajo de la denominación CIEN (CTO), del valor de un karbobanets según el cual la unidad contendría 17.424 partes de oro puro. Del reverso llama la atención el hecho de que la denominación está escrita en los tres idiomas que por entonces coexistían en Ucrania además del ucraniano: ruso, polaco y yiddish. Esto constituía una verdadera vocación integradora por parte de la nueva RPU, especialmente en el caso del yiddish, teniendo en cuenta el espíritu antisemita que gobernaba las mentes de muchos europeos de la época. Un espíritu que en el caso ruso se tradujo en pogromos o persecuciones de judíos a finales del siglo XIX, con consecuencias por todos conocidas.
Una nación nueva que solo pretendía despojarse del siniestro legado de la Rusia zarista, y trataba de mantenerse alejada de una nueva Unión Soviética cuyos primeros actos no eran nada prometedores. Solo cinco años después de la emisión de este magnífico billete conmemorativo, la historia se repetía. Pero Ucrania no se rinde, ni lo hará. Si algo ha decidido el pueblo ucraniano en esta cruel encrucijada histórica a la que se enfrenta es precisamente no dejarse exterminar.
Quiero dedicar esta entrada a personas como Olga Tarnovska, que han elegido permanecer en su país para hacer frente con todas sus consecuencias a la barbarie y por informarnos casi a diario acerca de la realidad que se vive en su entorno. Os invito a seguir su videoblog:
https://www.youtube.com/@olgatarnovska3650
Slava Ukraini!
Para la entrada de hoy me he basado sobre todo en diferentes vídeos como:
Breve historia de Ucrania:
Cómo Ucrania pasó a formar parte de la URSS:
https://www.youtube.com/watch?v=9Gwuu7TXPwI
Y, por supuesto, algunos enlaces como:
Sobre el karbovanets ucraniano:
https://es.wikipedia.org/wiki/Karb%C3%B3vanets_ucraniano
Sobre el billete de 1917:
Sobre el Tratado de Brest-Litovsk:
https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Brest-Litovsk
Si algo me ha quedado claro,es lo luchador que es el pueblo ucraniano, excelente apunte histórico que refleja todas las idas y venidas de diferentes culturas en su territorio,muy bonitos los billetes que muestras en la entrada,a ver si dejan en paz a Ucrania excelente post, saludos cordiales José Ramón
ResponderEliminarUcrania tiene muy claro lo que quiere, y es no ser parte de un mundo que solo sabe crear caos, muerte y destrucción. Es una lástima que nosotros no tengamos tan claro que eso, tan sencillo , es lo que desea. Pero su Historia habla por si sola. Un saludo
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